San Juan.- Todas las pruebas y hasta su propia confesión ponían contra las cuerdas al vallisto Rodolfo Chávez, de 33 años, como autor del crimen de Graciela Mallea, de 37 años, su esposa. El hecho ocurrió el 26 de febrero pasado y este jueves por la mañana, en juicio abreviado, acordó la pena de prisión perpetua. Ahora resta esperar la sentencia.

Mallea era agente del Servicio Penitenciario y Chávez un exaspirante para ese mismo oficio. Justamente ese fue el motivo por el que se conocieron y luego vincularon sentimentalmente. Esa vez, más de cinco años atrás, ella pudo entrar, él no.

De todos modos iniciaron una relación que enseguida quedó marcada por la actitud posesiva y celosa de él, reza el expediente. Así, se sucedieron discusiones y agresiones, y ella estuvo a punto de cortar todo de cuajo, pero cuando él le rogó y le prometió cambiar, se casaron. Para entonces tenían una beba.

El miércoles 26 de febrero delpresente año, en la noche, volvieron a discutir pero él la mató a golpes (incluso con una jarra para cerveza) y cuchillazos. Luego ocultó el cuerpo en el baño y se fue a Valle Fértil. Luego se entregó  con un sacerdote y confesó todo.