Una pericia para determinar la existencia y cantidad de pólvora en las esposas que Diego Espejo (28) dijo haber tenido puestas cuando le disparó, en medio de un forcejeo, cuatro tiros letales a su novio, el agente Oscar Mura (28), arrojó un resultado que, para el fiscal Francisco Micheltorena, refuerza la sospecha de que hubo un crimen agravado por la alevosía. ¿Por qué? porque ese examen específico llamado "absorción atómica" (se realizó en San Juan) determinó que Espejo usó el arma tal como lo confesó, pues hallaron específicos restos químicos producidos por disparos (plomo, bario, antimonio) pero en una cantidad que fue mayor en las manos y menor en las esposas, lo que para Fiscalía es evidente signo de que los balazos ocurrieron primero y que Espejo se puso luego las esposas para fingir otra situación.

En su declaración, el único sospechoso dijo que aquella madrugada discutieron porque la víctima era dominante y lo maltrataba. Que el fallecido le puso las esposas, que forcejearon con el arma hasta que se la quitó y ahí se disparó. En total hubo cuatro tiros.

Según Micheltorena, la defensa intentará buscar aliviar la situación de su cliente argumentando algún posible estado de emoción violenta y también apelará a instalar circunstancias extraordinarias de atenuación, pues Espejo ya declaró que con Mura "vivía un calvario".

Actualmente, pesan sobre el detenido el agravante de la alevosía (matar a traición o con la víctima indefensa) y también el agravante del vínculo, por la relación de pareja que tenían. El homicidio agravado en Argentina, se castiga con perpetua.