La autopsia en el cadáver no dejó dudas: tal como anticipó este diario, el varón encontrado muerto en el fondo de una casa de Santa María de Oro al 1065 Sur, en Santa Lucía, el lunes por la noche, nació vivo y alguien lo mató asfixiándolo, dijeron fuentes policiales y judiciales. No hubo que andar mucho para dar con la principal responsable de esa terrible maniobra que ocurrió por lo menos 10 días atrás: los pesquisas de la seccional 5ta dirigidos por el comisario Marcelo Naveda llegaron ayer a la siesta hasta una casa ubicada en el fondo de la propiedad donde hallaron el cuerpo, y ahí el juez de Instrucción Benedicto Correa, en persona, dio la orden para que apresaran a una chica de 18 años, identificada como Irina Carrión.
Según voceros del caso, en la casa allanada secuestraron pruebas claves que vinculan a la joven como madre de la víctima y, en consecuencia, como posible autora del crimen. Una de esas evidencias, dijeron, es un certificado que prueba que meses atrás recibió atención médica por su embarazo. Y luego, el médico legista confirmó que actualmente la chica se encuentra en un estado posparto y debía recibir atención médica por un cuadro de infección a causa de ese parto clandestino.
Ahora, esa joven enfrentará cargos por homicidio, un delito que el magistrado podría considerar agravado por dos circunstancias: el vínculo, pues todo indica que es la madre de la víctima. Y alevosía, es decir por matar a una persona que no tuvo posibilidad de defenderse. La pena por ese ilícito es cárcel perpetua.
De todos modos la investigación no se cierra sólo en esa joven. Los pesquisas están convencidos de que alguien pudo colaborar con la maniobra: ‘A simple vista, no parece que una jovencita se someta sola al tremendo estrés que provoca una situación de parto. Y que después se las arregle para ultimar a la criatura y arrojarla al lado de su casa. En su casa, alguien más debió saber lo que pasó. Podría haber más detenidos’, dijo un jefe policial.

