El juicio por el crimen de José Leónidas Cortez (54) en la Seccional 6ta ocurrido el 14 de diciembre de 2010 (sufría osteoporosis y le quebraron 16 costillas) incluyó en los alegatos de ayer dos giros claves en la acusación contra cuatro policías. El primero obliga a los jueces de la Sala III de la Cámara Penal a absolver al agente Juan Pablo Picón, pues el fiscal José Eduardo Mallea entendió que no cometió el delito de apremios ilegales que le atribuían junto al exoficial Pablo Guevara, y pidió su absolución ‘lisa y llana’.
Mallea no dio crédito al suboficial Carlos Ibaceta, quien declaró haber visto a ambos golpear al detenido en el parque municipal de Rawson cuando lo sorprendieron abusando de una nena. Y así, por ley, a los jueces Ricardo Alfredo Conte Grand, Eugenio Barbera y Eduardo Gil, no les queda otra salida que absolver, más allá de que el abogado de la familia del fallecido, Adrián Riveros, pidió 3 años de pena para Picón (lo defendió Carina Martínez).
La otra modificación clave de fiscalía fue considerar que no se configuró el delito de torturas seguidas de muerte y sí un homicidio agravado por ser los sospechosos funcionarios de una fuerza de seguridad. Y atribuir ese delito al excalabocero Sergio Rabaj (hasta ayer único imputado en el crimen) y también al exoficial Pablo Guevara.
Hasta ayer a Guevara sólo le imputaban apremios ilegales, no cumplir sus deberes de funcionario público y no denunciar que Cortez había sido víctima de un ataque. Pero el fiscal modificó la acusación apoyándose en la versión de un exdetenido en la seccional que recién ahora, en el juicio, señaló a Guevara como uno de los posibles homicidas. Por eso, Mallea pidió para él y Rabaj el máximo castigo, prisión perpetua, igual que Riveros.
Fiscalía y querella coincidieron también en pedir pena (2 años el fiscal, 3 la querella) para el calabocero que relevó a Rabaj aquella mañana, Carlos Godoy, por no cumplir sus deberes y por poner en el libro de detenidos que Cortez se autoagredió, pese a decir luego que así se lo aconsejó Rabaj. El defensor Gustavo De la Fuente solicitó absolución.
A su turno, Rolando Lozano también pidió la absolución de Rabaj. Calificó de deficiente a la investigación por no citar a declarar a otros 4 exdetenidos; criticó a los testigos que señalaron a su cliente. Y remarcó la idea de que a Cortez pudieron matarlo otros presos.
Fernando Castro (por Guevara) consideró a su vez que la falta de acusación por los delitos que le atribuían a su cliente, implicaban la absolución como en el caso de Picón. Y pidió declarar nula la nueva acusación de homicidio por violar varias normas, como la que le impidió ejercer su defensa por ese grave delito.