Que escuchó ruidos. Que al levantarse vio que le robaban combustible. Y que entonces tomó su revólver calibre 32 y disparó, pero para amedrentar y sin apuntarle a nadie. Esa versión con la clara intención de desligarse (el relato implica una legítima defensa) dio ayer ante el juez de Instrucción Benedicto Correa, Luis Lescano (48), preso desde el último lunes por matar de un tiro a Alberto Alejandro Mallea (45), dijeron fuentes judiciales.
Todo pasó en el ‘Parador Talacasto’, Ullum, un local comercial multirrubro que Lescano administra hace unos 7 años en el cruce de las Rutas Nacional 40 y provincial 436.
A pesar de su versión, Lescano quedó imputado como supuesto autor del delito de homicidio, agravado por el uso de un arma de fuego. Y por tenencia ilegal de armas, pues hasta ayer no había acreditado la propiedad del revólver calibre 32, ni tampoco la de un rifle y una carabina calibres 22 que los policías secuestraron ocultos en la zona del parador.
‘Mi cliente declaró y dio su versión’, se limitó a decir anoche César Jofré, abogado defensor de Lescano.
Mallea había viajado a Catamarca por una competencia ciclística con su hija de 15 años, ciclista amateur, y otros padres ligados a ese deporte. El lunes, al regresar, se olvidaron de cargar combustible en Jáchal y por eso pararon en Talacasto. Allí le pidieron ayuda a un remisero que no los ayudó porque usa gas, pero les recomendó que fueran a buscar nafta al parador.
La versión que dio a este diario uno de los papás que viajaban con Mallea es que, alrededor de las 4, la víctima y el padre de otro de los chicos se bajaron con una botella y golpearon las manos. Pero enseguida volvieron a la carrera, porque alguien los había alumbrado con una linterna y les había gritado ‘choros’.
En esa huida, Mallea recibió un tiro en el costado izquierdo del tórax. Con esa herida llegó al hospital Rawson, pero allí nada pudieron hacer para salvarlo.
Ese lunes, Lescano admitió ante los pesquisas policiales ser el autor del disparo, con argumentos similares a los que dio ayer ante el juez. El comerciante había sufrido un gran robo en 2014.

