La pequeña localidad santafesina de Godoy, un pueblo tranquilo donde viven poco más de 1000 habitantes, se vio conmocionada en las últimas horas por la muerte de una vecina de 82 años. Las hijas de Raquel Benavídez fueron quienes encontraron su cuerpo y denunciaron que fue asesinada y que tenía, además, signos de haber sido abusada.

Mientras esperan los resultados de los informes periciales, la Unidad Fiscal de Villa Constitución caratuló la causa como "muerte dudosa". La familia de la víctima, sin embargo, está convencida de que fue un femicidio y responsabilizó por el hecho a un vecino al que ya habían denunciado en febrero, cuando ingresó a la casa de la mujer e intentó atacarla.

“Nos encontramos con que mi mamá estaba tirada muerta, su remera estaba levantada, se veía que tenía rasguños en la panza y en la ingle, heridas visibles y un golpe en la cara que parecía ser de una trompada”, contó Flavia en diálogo con Diario El Sur.

En medio del dramatismo de ese momento, hubo un detalle que no les pasó desapercibido a las mujeres y dirigió sus sospechas contra el hombre que desde hacía meses acosaba a su madre: un ticket correspondiente al pago de un servicio a su nombre que encontraron en una bolsa de plástico cerca del cuerpo de la víctima.

“Ella empezó a decirme reiteradamente que se metía en su casa, que la manoseaba, le pedía que se saque la ropa, la pellizcaba, la mordía, que tenía miedo. Me dio su nombre y me pedía que hiciéramos algo”, recordó la hija. Lo denunciaron en la comisaría Nº12, pero el vecino solo se mantuvo alejado de Raquel unos 10 días y después volvió a acosarla.

A pesar de esto, el resultado preliminar de la autopsia no advirtió indicios de violencia externa ni que indiquen que la mujer fue víctima de un femicidio, por lo que se caratuló la causa como muerte dudosa y el vecino denunciado sigue libre y ni siquiera fue citado a declarar.

Fuente: TN