Buenos Aires, 11 de abril. -Los restos del policía retirado
Juan Carlos Cáceres, asesinado a balazos en localidad bonaerense de Open Door, fueron inhumados este mediodía en el cementerio
municipal de la ciudad de Luján en medio de escenas de dolor y congoja.

El crimen del teniente retirado de la Policía bonaerense no
estaba claro hasta hoy, ya que circularon versiones de un ajuste de cuentas o intento de asalto, por lo cual se avanzaba en la
investigación del hecho.

Al menos dos personas fueron detenidas en las últimas horas
por el asesinato de Cáceres, de 56 años, ocurrido el viernes último
en Open Door tras recibir varios disparos cuando estaba en su
camioneta Ford Eco Sport.

Familiares, amigos y compañeros de Cáceres asistieron hoy al
cementerio de Luján para despedir los restos del policía.

La Justicia ordenó una serie de allanamientos para dar con
tres prófugos que están vinculadas con el homicidio.

Las detenciones se produjeron tras los datos y las pistas
sobre los atacantes que dio un vecino del lugar del crimen, quien le contó a los investigadores que pudo observar una persecución y tiroteo.

En base a esa situación, los investigadores no descartan que
el asesinato de Cáceres haya sido premeditado.

Cáceres tenía una pequeña empresa a través de la cual ofrecía
servicios de seguridad privada en campos y casas y ahora se
investigan los motivos del crimen, para saber si pudo haber sido una venganza por alguna irregularidad que haya detectado durante su trabajo actual o en su anterior función de policía.

En busca de testigos, los uniformados llegaron hasta una casa
cercana al lugar del ataque donde una persona aseguró que vio en
la madrugada del viernes el despliegue de luces que hubo durante la persecución y que presenció el tiroteo.

Trascendió que ese presunto testigo habría dicho que fueron
cuatro atacantes y que el policía logró herir a dos de ellos durante
el enfrentamiento.

Mientras tanto, fuentes policiales informaron que otra
persona, en este caso un joven, fue demorado pocas horas después del hecho, en el Hospital de Luján, con una herida de bala calibre 9 milímetros en una pierna que -se cree- podría haber salido del arma del policía asesinado.

Cáceres desapareció el jueves último a las 22, pero recién se
supo de él en la madrugada del viernes cuando se halló la
camioneta Ford EcoSport detenida -pero con el motor y las luces
encendidas- en un camino de tierra de una zona despoblada, próximo a la ruta nacional 6, a la altura del kilómetro 170, en el límite de los partidos bonaerenses de Exaltación de La Cruz, Pilar y Luján.

Cáceres había recibido dos disparos, uno en la espalda y otro
en un brazo, y su cuerpo había caído a un lado de su camioneta
que, además, presentaba gran cantidad de impactos de bala en el
parabrisas, en la puerta del lado del conductor y del lado del
acompañante.

Lo que llamó la atención de los investigadores fue que no
faltaba ninguna de las pertenencias de la víctima, ni siquiera su
billetera.

Fue así que se descartó desde un primer momento el intento de
robo. Se cree que los delincuentes sólo se habrían llevado un arma
Glock 9 milímetros, pero no los dos cargadores intactos ni otra
pistola calibre 380 que se encontró en la camioneta.

La investigación quedó en manos del fiscal de la Unidad
Funcional de Instrucción de Pilar Alejandro Musso, que labra actuaciones por "homicidio".