Salir, distraerse un rato, volver a descansar para reiniciar la semana de trabajo, ese que consiguió hace casi un mes en una metalúrgica después de medio año de desocupación y vivir de changas. Miguel Almada (33 años) cumplía al pie de la letra su plan, hasta que recibió un llamado que lo puso a mil en su moto desde el Parque de Mayo, en Capital, hasta su casa en calle Pellegrini, casi un 1 km. al Sur del canal Céspedes, en Rivadavia. Cuando llegó nada pudo hacer: las llamas devoraban todo lo que había en la cocina, el comedor y los dos dormitorios. Incluso el recipiente metálico donde guardaba unos 1.600 pesos.

Lo peor para Almada fue descubrir que el incendio no se había producido por algún cortocircuito (sólo dejó los focos encendido, en el fondo y el frente), sino por manos dañinas que habían aprovechado su ausencia para robarle un televisor 29 pulgadas, otro de 21, un reproductor de DVD, un equipo de música y una radio.

Un ropero, toda la ropa y el calzado, mesas, sillas, un sillón, una heladera, tres camas, además de toda la casa, eran las otras grandes pérdidas que Almada alcanzó a contabilizar ayer, en medio de su bronca.

"Esto fue entre más de dos personas porque uno de los televisores era grande… seguro que me tenían relojeado. Si me hubieran querido robar se hubieran llevado las cosas pero me quemaron la casa y eso es de muy mala gente. Pero qué vamos a hacer, hay que empezar de nuevo", dijo Almada, indignado, entre los escombros de la vivienda de adobes, barro, cañas y palos que compartía con su mamá, por ahora de visita en unos parientes que tiene en Bahía Blanca.

El hecho trascendió ayer pero ocurrió el domingo entre las 23.30 del domingo (a esa hora una vecina pasó en moto y no vio nada) y las 00.00 del lunes, cuando lo llamaron para avisarle del fuego.

Según fuentes policiales, una pericia de Bomberos confirmó ayer que el fuego fue provocado. Y en base a esa conclusión y la versión del robo, policías de la comisaría 13ra. encaraban la investigación para tratar de confirmar o no un dato que se difundió en el entorno de Almada: la posibilidad de que el sospechoso sea un sujeto, vecino suyo, con el que tiene problemas desde hace más de un año luego de denunciarlo porque intentó robarle. Después de esa queja, aseguran, ese vecino comenzó a insultarlos y lo señalan como el autor de otros dos intentos por quemar la casa, ambos frustrados por Almada y su familia.