Todos los indicios detrás del terrible crimen de la docente jubilada Hilda Tobares (60) apuntaban a que su asesino era una persona que ella conocía: no había ingresos forzados ni cosas revueltas. Con esos elementos, más varias testimoniales que los investigadores recogieron este viernes, empezaron con la difícil tarea de dar con el autor.
Y esta noche, cerca de las 21, se produjo la detención en la vía pública de un hombre (no se precisó todavía filiación ni edad) que está señalado por el entorno de la mujer como alguien con el que mantenía un vínculo sentimental o que la visitaba con cierta frecuencia, explicaron los pesquisas.
Otro dato que trascendió es que este sujeto salía del trabajo habitualmente sobre la 1 de la madrugada y solía pasar por el domicilio de Tobares.
El homicidio se produjo esta madrugada en el interior de la vivienda de la calle Corrientes y Chaco, en Villa Ramos, ubicado en el departamento Chimbas.
La mujer alcanzó a defenderse, fueron los gritos que escucharon los vecinos y que llevaron a que llamen a la policía. Pero su asesino no le dio chances: la pericia determinó que recibió casi una decena de puntazos, casi todos en el pecho y otros en el cuello.
Cuando hallaron el cuerpo, la mujer estaba sin ropa interior, con una bata y en medio de un charco de sangre. "Fue un ataque con saña, con bronca y es claro que ella se defendió", reveló un investigador. En el lugar encontraron dos cuchillos ensangrentados.

