Discutió con su padre, lo atacó a golpes y lo prendió fuego
El hombre le confesó el brutal crimen a la Policía y quedó detenido.
El hombre le confesó el brutal crimen a la Policía y quedó detenido.
Un violento homicidio conmovió a la comunidad de Chivilcoy, en el oeste del interior de Buenos Aires. Un hombre discutió con su padre, lo atacó a golpes y lo prendió fuego, mientras agonizaba.
El hecho empezó con una pelea verbal entre Walter Miguel Escudero, de 37 años, y su papá -Miguel Ángel, de 66-, quien le dijo que iba a vender la casa donde vivía con su mujer y sus hijas.
El joven enfureció y lo atacó a golpes. Luego usó un ladrillo para pegarle en la cabeza hasta dejarlo inconsciente. Creyendo que lo había matado lo metió en un tacho de acero de 200 litros y lo prendió fuego. Esto fue lo que lo terminó matando. Escudero se presentó en la Comisaría 1 de Chivilcoy y le confesó a la Policía el asesinado. Quedó detenido de forma inmediata.
Los policías acudieron a la vivienda de la calle Rosetti al 800, desde donde se sentía un fuerte olor a quemado proveniente del interior. Allí encontraron al hombre asesinado en el tambor.
El lugar fue preservado por disposición de Bárbara Leranoz, de la Ayudantía Fiscal Local, a fin de que miembros de la Delegación de la Policía Científica de Mercedes realizaran los peritajes correspondientes. En tanto, el imputado fue sometido a pericias psicológicas, cuyos resultados determinaron que comprende la criminalidad de sus actos.
En la causa, caratulada como homicidio agravado, intervino el fiscal Sebastián Villalba, a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 del Departamento Judicial Mercedes, quien ordenó la detención de Escudero.
.
El ilícito fue en el interior del barrio AMECOM.
La fiscal ante la Cámara de Apelaciones Karina Cichero emitió la primera resolución favorable para mantener las escuelas abiertas.
La chica de 16 años sufrió un fuerte golpe en el tórax, raspones y politraumatismos.
El Presidente le envió un mensaje al personal de salud pero aclaró que su intención nunca fue cuestionar el trabajo de médicos y enfermeros.
Agostina Anido contó el calvario que sufre desde que interrumpió las sesiones con su terapeuta.