Un áspero cruce de palabras entre los dos vecinos, ambos de 21 años, con antecedentes y con algunas copas demás. Varios disparos en medio de la discusión. Y uno de los jóvenes que se desploma mortalmente herido con dos disparos: uno, el letal, que perforó su pecho, y otro en la zona de la cintura antes de caer. Después del ataque, Ramón Eduardo Leiza (21) no pudo levantarse. El presunto agresor, Maximiliano "El Michelín" Maza, huyó en medio de una pelea entre ambas familias, pero alrededor de una hora después fue detenido por una comisión de la Brigada de Investigaciones encabezada por el comisario general Mario Aparici (D-5) y el comisario Carlos Vallejos. Tras la detención, los pesquisas hallaron en un descampado, ayer cerca de las 14, una pistola Bersa calibre 22 sin cartuchos, el arma homicida, dijeron altas fuentes policiales.

Todo pasó alrededor de la 1.30 de ayer calle Candelaria, metros al Este de Rioja, en el barrio La Candelaria, en Concepción, Capital. Y para los policías de investigaciones el caso ayer estaba cerrado.

Lo que no estaba claro eran las circunstancias precisas en las que ocurrió el homicidio. Los familiares de Leiza que hablaron con este diario, dijeron que Maza había llegado descontrolado al barrio, que en un momento empezó a amenazar y a lanzar los tiros contra sus vecinos de enfrente, es decir ellos y otra vivienda contigua. Que Ramón salió a decirle que se calmara por las mujeres y los niños que habían, y que entonces Maza redobló su atrevimiento: "si tiro es porque me las aguanto y tengo balas para todos ¿quéres probar?", fue lo que, según los Leiza, dijo antes de lanzar al menos tres disparos a la víctima.

Allegados a los Maza manifiestan en cambio que fue Leiza quien provocó a los tiros, que Maximiliano Maza se interpuso en su camino, le quitó el arma tras un forcejeo y ahí lo mató.

¿A quién creerle?. Eso es lo que trataban de desentrañar ayer los policías de Homicidios, que recababan declaraciones de distintos testigos para saber cómo habían ocurrido los hechos.

Otro punto que tampoco cerraba era el por qué de la violenta y trágica discusión, algo que para los investigadores era mucho más difícil de desentrañar: "es muy probable que tuvieran viejas diferencias entre ambos, porque antes eran amigos", dijo un jefe policial.

Ayer, el médico forense Alejandro Yesurón estableció que el disparo que costó la vida a Leiza fue el que recibió en el pecho, porque lastimó el corazón, indicaron fuentes de la investigación. Tras el ataque, se supone que Maza huyó por el fondo de su vivienda, abandonó el arma en un descampado de calle Paraná, entre Tucumán y Prolongación Rioja, y se fue hacia la casa de su suegro en el barrio Cabot, donde no llegó al ver a la policía. Fue detenido, aún ebrio, cuando caminaba por calle Catamarca, metros al Norte de Benavides, en Villa El Salvador, Chimbas.