A la mujer solía decirle "momia". El insulto era una práctica normal para este hombre, que a menudo golpeaba a su esposa y sus dos hijas. Con solo hacer sonar sus dedos aterraba a su familia, o degradaba a su pareja llamándola mediante silbidos, como si se tratara de un perro. Aún así, eso era lo de menos. El 23 de abril del 2008, la hija mayor se quebró, no aguantando más y contó a su preceptor de escuela que su papá la manoseaba desde que tenía 6 años, pero que la última vez la había violado. A casi un año de conocerse esa historia, este padre de familia tuvo su castigo en la Sala I de la Cámara en lo Penal y Correccional: 12 años de cárcel.
Mucho no se puede decir de este sujeto identificado con las iniciales R.J.L, de 41 años y ex empleado de una fábrica, que vivía con su familia en Rivadavia. Durante el juicio no tuvo otra que confesar ante las pruebas abrumadoras y, aunque intentó mostrar arrepentimiento, nadie le creyó. Los jueces Arturo Velert Frau, Diego Román Molina y Raúl Iglesias resolvieron condenarlo ayer al mediodía. Lo hallaron responsable de los delitos de abuso sexual con acceso carnal calificado por el vínculo en forma continuada y promoción a la corrupción de menores calificada por el vínculo, según fuentes tribunalicias.
La nena tenía 13 años cuando se animó a hablar. Fue después de que su padre se metió a su cama cuando estaban solos en la casa y la violó. Eso fue la mañana del 22 de abril del 2008. Ella no opuso resistencia, tenía miedo a su papá porque era muy violento. Llegada la noche, la menor se lo contó a su madre y después a su abuela, pero ninguna le creyó. El 23 de abril, la menor recurrió a su preceptor. Así llegó a oídos de la directora de la escuela, quien denunció el caso en la Comisaría del Menor. La investigación no solo reveló que la niña había sido violada, sino que sufría manoseos por parte de su padre desde los 6 años. También se conoció que el hombre ejercía violencia física y psicológica contra su mujer y sus dos hijas todo el tiempo.
Esto mismo se volvió a ratificar en el juicio y al final el acusado confesó su autoría en los aberrantes hechos. El fiscal Gustavo Manini pidió una pena de 12 de prisión para este sujeto, a lo que adhirió la defensa, y lo que terminó por resolver el tribunal.

