La familia. En el retrato, el matrimonio Turpin y sus trece hijos parecen felices. Sin embargo, el matrimonio mantenía casi esclavizados a los chicos.

Doce hermanos, de un total de 13, que eran sometidos a cautiverio, encadenados y hambreados por sus padres en Estados Unidos, fueron liberados el domingo último por la Policía después de que una de los chicos escapara y llamara por teléfono pidiendo ayuda. No se conocieron las razones que motivaron que el matrimonio mantuviera en ese estado a sus hijos, pero se supo que el jefe del hogar era ingeniero y actualmente era director de una escuela privada, según datos Télam y la agencia Reuters.

Hay quienes llamaron la Casa del Horror a ese domicilio situado en el poblado de Perris, a 115 km al Este de Los Ángeles. La Policía del condado informó que David Allen Turpin (57) y su esposa Louise Anna (49), padres de las 13 víctimas, fueron detenidos y acusados de nueve cargos de tortura y de 10 cargos de poner en peligro a los menores, con una fianza que el juez fijó en nueve millones de dólares por cada uno. El canal de televisión local KTLA informó que David Turpin es director de una escuela privada en Perris, algo que confirmó el sitio web de la institución, inaugurada en 2011.

Los investigadores describieron que había "varios niños encadenados a sus camas con candados en un entorno oscuro y maloliente, pero los padres no pudieron proporcionar de inmediato una razón lógica por la que sus hijos fueron retenidos" de esa manera. En principio se creyó que todos los chicos eran menores de edad, pero después se sorprendieron al descubrir que siete de ellos eran en realidad adultos, con edades comprendidas entre los 18 y los 29 años. "Las víctimas parecían estar desnutridas y muy sucias", agregó la fuente.

Se desconoce desde cuándo estaban cautivos. Los vecinos afirmaron que nunca veían a los niños y las pocas veces que los vieron estaban pálidos y no miraban a nadie.