Los jueces Celia Maldonado, Verónica Chicón y Andrés Abelín condenaron ayer a un sujeto a 18 años de prisión por manosear a su hija y violar a una hijastra. Fue esta última chica de 16 años la que decidió romper el silencio en abril de este año y lo denunció en el Anivi. Según fuentes judiciales, su padrastro (no identificado para preservar a las víctimas) comenzó a ultrajarla a los 7 años con manoseos que filmaba con su celular. Los abusos se extendieron hasta los 8 y fueron cada vez más graves, pues llegó a violarla vía vaginal y anal en reiteradas ocasiones, además de obligarla a practicarle sexo oral. Por otro lado, el sujeto reconoció que manoseó varias veces a su hija biológica de 9 años, a quien despertaba de noche con tocamientos en la vagina por encima de la ropa. La pena fue acordada por el imputado a través de su defensor con la fiscal Ingrid Schott (UFI Anivi). Y los jueces se la unificaron con una condena anterior en Flagrancia por lesiones leves contra la madre de las víctimas y daño, quedando finalmente un castigo a 18 años y 7 meses de cumplimiento efectivo, explicaron los voceros.

Manoseó a una nena

Un verdulero de 70 años fue condenado ayer a 2 años de prisión en suspenso (sin encierro) por manosear a una nena de 12 años que había ido a comprar a su comercio en Santa Lucía. El hecho había sido denunciado el 14 de mayo pasado por la madre de la nena, luego de que la menor le contara que no quería salir más a la calle y, al interrogarla para saber por qué, le dijo que era porque en abril pasado, un día que fue a la verdulería de Dalmiro Pastén, éste se le acercó por atrás, le puso la mano en un hombro y luego la deslizó para tocarle un seno. La condena, por abuso sexual simple, fue impuesta por el juez Diego Sánz, que así homologó el acuerdo de juicio abreviado alcanzado entre la fiscal Schott con su ayudante Rodrigo Videla y el acusado y su defensor César Jofré.

  • Polémica en el Cavig por una denuncia pública

El fiscal General Eduardo Quattropani ordenó una investigación interna en el Cavig luego de que una mujer de Las Casuarinas, 25 de Mayo, denunciara públicamente que un funcionario le aconsejó no denunciar un supuesto caso de abuso sexual, por "falta de pruebas" o "complejidad probatoria". Ayer se presentaron en la casa de la víctima los fiscales Claudia Salica y Roberto Ginsberg.