Sorprendida e indignada por partida doble. Así estaba ayer en la mañana María Alicia Ene, una docente que vive junto a su marido e hijos en el barrio Universidad Católica, en Rivadavia. Por un lado, porque la mujer y su familia abandonaron su vivienda durante 7 horas y en ese lapso, ladrones rompieron una puerta del fondo e ingresaron a robar joyas y aparatos por un valor cercano a los 10.000 pesos, contó Ene. Y por otra parte, por lo que supuestamente sucedió después con unos policías del Comando Radioeléctrico: la docente denunció que uno de ellos le pidió permiso para entrar a la casa y que ese efectivo fue quien le sustrajo un costoso collar que los ladrones no se llevaron y que estaba sobre un mueble. Tras la denuncia, un oficial y un agente de esa repartición, fueron demorados, dijeron fuentes policiales.

Todo comenzó ayer a las 5. A esa hora regresó de una fiesta la docente y su marido a su casa de calle Mercedario y Alkazar. Apenas metieron la llave en la puerta, notaron que de el otro lado estaba puesta la copia. Ese fue el primer indicio de que algo andaba mal.

Cuando abrieron la puerta, se toparon con la casa revuelta. Al menos dos ladrones forzaron con una barreta o ganzúa una puerta con rejas del fondo. Luego, notaron que les faltaba una filmadora, una playstation 2, una cámara digital y varias alhajas de oro, por un valor cercano a los 10.000 pesos, contó la docente, quien agregó que ningún vecino escuchó nada extraño, porque la mayoría están de vacaciones.

"Lo único que me alegró, fue ver que los ladrones no se habían llevado del mueble del comedor, un colgante tallado en piedra con un ángel grabado en una lamina de oro que me regaló mi marido cuando éramos novios. Es un regalo muy preciado que casi nunca me lo saco, pero como teníamos una fiesta, lo dejé y me puse otras alhajas. Luego llegó la policía", precisó Ene.

Un móvil del Comando Radioeléctrico llegó primero y después, apareció otro de la comisaría 23ra. Los cuatro efectivos ingresaron con el matrimonio a revisar la casa y salieron. A los minutos, uno de los policías del Comando pidió permiso para entrar de nuevo, según la mujer.

"El policía entró y salió rápido. Después se fueron con su compañero en el patrullero. Cuando entramos, miramos el mueble y el collar ya no estaba. Por eso sospecho que fue él quien se lo llevó. Me da mucha pena pensar que una persona pierda su trabajo o arruine su carrera por algo así. Estas cosas sorprenden y causan tristeza, porque ellos están supuestamente para darnos seguridad", dijo indignada la docente.

Ayer trascendió que tras la denuncia, un oficial de apellido González y un agente, de apellido Herrera -ambos del Comando Radioeléctrico-, fueron demorados unas horas y requisados, pero no les encontraron la joya que denuncia la mujer. De todos modos, a los dos se les inició una causa administrativa en la fuerza y además, quedaron vinculados a la causa, contó un alto jefe policial.