Dos policías viajarán mañana a Capital Federal para tomarle declaración al subsecretario de Deportes y secretario general del Sindicato de Luz y Fuerza, Juan José Chica, internado en el Hospital Italiano tras ser brutalmente golpeado por al menos cuatro delincuentes que, el último lunes, lo redujeron en su casa de Capital junto a su empleada, para que les entregara lo que tenía en una caja fuerte: joyas, unos 9.000 euros y 44.000 pesos, dijeron ayer fuentes policiales. La idea es que el funcionario aporte datos que ayuden a confeccionar un identikit o sirvan para identificar a los ladrones, dos de los cuales actuaron a cara descubierta.
Ese lunes, cuando los delincuentes huyeron con el dinero, las joyas y teléfonos celulares, rompieron el picaporte del baño donde Chica y su empleada habían quedado encerrados, atado con alambre, en la planta alta de la casa. Y fue entonces que el dirigente cayó desde unos 5 metros al intentar salir, saltando desde la ventana del baño a través de un pasillo hasta una escalera empotrada en una pared situada a unos 2 metros, dijeron en la policía.
Enseguida fue trasladado al Hospital Italiano de Capital Federal, donde se recupera de múltiples heridas que lo obligarán a usar un corset por 6 meses y un cuello ortopédico durante 3, ya que la caída le dejó serias lesiones en tres vértebras (dorsales y cervicales), confirmó el mismo Chica a este diario en una entrevista exclusiva.
Es el juez de la investigación, Leopoldo Zavalla Pringles, quien precisa el relato detallado de los hechos por parte del funcionario. Y para eso el jefe de policía, comisario general (RE) Miguel González, designó al jefe de la comisaría 1ra. comisario inspector Carlos Santana, y al oficial principal Carlos Eduardo García, precisaron las fuentes.
Chica ya mantuvo contactos telefónicos con el juez y con el jefe de la fuerza. Y esas primeras informaciones llevan a pensar a los pesquisas que la banda que lo atacó en su casa de Belgrano 345 Oeste, en Capital, puede ser mixta, es decir conformada por delincuentes locales y otros foráneos.
Los pesquisas pretenden un relato minucioso de Chica y también de su esposa, porque están convencidos de que alguien del entorno inmediato del funcionario pasó datos de sus movimientos a los delincuentes. El mismo dirigente dijo a este diario que estaba convencido de que fue "una entregada".
El día del ataque al menos tres delincuentes improvisaron una escalera y se metieron a la casa por un baldío. Otro más esperó a que llegara la empleada, la encañonó y con las llaves la obligó a entrar. Chica dormía cuando fue sorprendido y empezó a ser violentamente golpeado. Tan duro fue el ataque, que el funcionario pensó que iban a fusilarlo.
Ayer, los pesquisas eran optimistas y creían que el caso será resuelto.