La hipótesis es que equivocaron el rumbo y se metieron por un camino que, sin querer, los llevó a la muerte. Tres de ellos, todos varones de entre 18 y 24 años, perdieron la vida cuando el coche cayó al caudaloso canal Juan Domingo Perón en San Martín.

La única que sobrevivió fue una jovencita que pudo salir a flote gracias a uno de los ahora fallecidos, según la versión policial. El auto Chevrolet Corsa era de Miguel Carlos González (24), hijo único de un matrimonio de Villa Krause, quien trabajaba en un negocio de repuestos de motos y que había estrenado ese coche en junio pasado.

< Como otras tantas veces, había salido en compañía de sus amigos Nicolás Emilio Ontiveros (18), también de Villa Krause; Fabián Alejandro Campoy (23), de Chimbas, y Rocío Asyael Morales (19), de Trinidad, informaron en la Seccional 20ma.

Todos habían estado en el boliche El Mulle, en Angaco, y minutos después de las 5 emprendieron el regreso, según la Policía. La hipótesis que manejaban los uniformados es que salieron por calle Nacional al Sur y doblaron por calle Laprida al Oeste, creyendo que era calle Rodríguez que los llevaría a Chimbas.

Según la Policía, no hay carteles que indiquen el fin de esa calle, fue así que el coche recorrió más de unos kilómetros y se les terminó el camino al llegar calle Florida (que la atraviesa) y al canal Juan Domingo Perón, en San Martín. González parece que frenó, pero fue tarde: el coche siguió derecho por el ripio y, al no haber guardarrail, cayó de trompa al cauce.

El accidente sucedió a las 5.20. Según la Policía, Rocío Morales relató que Nicolás Ontiveros y ella alcanzaron a salir por la luneta. Es más, contó que el joven la tomó de un brazo y la ayudó a sujetarse de unas cañas.

La chica pudo salir del canal, pero en ese instante la correntada arrastró a Ontiveros y no lo vio más. González y Campoy quedaron atrapados en el coche, que fue llevado por la agua.

A los minutos los policías de la Seccional 20ma, a cargo del comisario inspector Roberto Esquivel, y de la Seccional 19na salieron a rastrillar el cauce y a 6 kilómetros aguas abajo localizaron el auto, en calle Nacional cerca de Libertador.

Los bomberos al mando del comisario inspector Orlando Ríos y el oficial Néstor Riveros trabajaron durante 4 horas, hasta cortaron el agua, pudiendo así amarrar el coche y levantarlo con dos máquinas.

Cuando por fin retiraron el vehículo, confirmaron que los cadáveres que estaban adentro pertenecían a González y Campoy. Las escenas fueron desgarradoras. Miguel González, el papá del conductor, decía resignado: ‘Acá hay dos cosas: alcohol e imprudencia. Y a veces los chicos no entienden. Hace poco perdí a mi hermano y ahora se muere mi único hijo’.

El operativo continuó, ya que faltaba Ontiveros. Recién a las 13.20, un grupo de bomberos halló su cuerpo sin vida a 14 kilómetros de donde había caído el auto. El cuerpo estaba atascado en la compuerta de un derivador del comparto Caucete, en la localidad de La Puntilla.