El tribunal de la Sala II de la Cámara Penal, aplicó ayer un duro castigo de 16 años de reclusión a un técnico electricista de 45 años, por considerar probado que durante cinco años violó y corrompió sexualmente a su hija mayor entre los 10 y los 15 años. Y porque en el mismo período manoseó y torció también con actos corruptivos, el sano sentido del sexo en otra hija, dos años menor, dijeron fuentes judiciales.

El fallo, representó una clara adhesión al pedido de la fiscal de Cámara Alicia Esquivel Puiggrós, quien entendió que el ahora condenado C.A.B. (no identificado para preservar a las víctimas) cometió los delitos que finalmente le atribuyeron los jueces Ernesto Kerman, José Atenágoras Vega y Juan Carlos Peluc Noguera, aunque al cabo de su alegado había pedido una pena mayor: 18 años de reclusión.

La defensora oficial Mónica Sefair, había solicitado la absolución de su defendido, quien negó de plano haber delinquido y en todo momento trató de mostrarse como un padre ejemplar.

El caso llegó a la Justicia el 10 de mayo de 2010, cuando la madre de las niñas (separada del condenado) volvió a tenerlas bajo su custodia en su humilde casa de 25 de Mayo, luego de cinco años, pues todo ese tiempo las niñas y un hermano mayor convivieron en San Luis con su padre, su madrastra y siete hijos que el sujeto tuvo con su nueva pareja. Según el expediente, aquella vez, el hombre volvió de San Luis y se llevó a los chicos con la excusa de que fueran a vacacionar. Y desde entonces nunca más les dejó tener contacto con su madre.

Cuando el sujeto regresó a vivir a San Juan y los hijos mayores volvieron a convivir con su mamá, la mayor de las nenas le contó a la mujer, angustiada y entre lágrimas, que su papá comenzó a manosearla, igual que a su hermana menor, que las fotografiaba cuando se bañaban y le mostraba las fotos a su concubina.

También reveló que ambas eran golpeadas y maltratadas por la pareja, aunque el caso de la mayor fue peor. El 18 de diciembre de 2005, el sujeto aprovechó que su concubina viajó a La Rioja por la muerte de un hermano y en su ausencia aprovechó para violar a su hija (tenía entonces 11 años) ultraje que repitió día por medio, con al menos una exhibición de pornografía, y la amenaza de recibir un tiro en la cabeza si llegaba a decir algo.

La mujer y sus hijas (hoy de 18 y 16 años) repitieron en la Policía y la Justicia los aberrantes malos tratos a las que fueron sometidas, pero en el juicio se retractaron a favor del acusado. Igual, cinco peritos psicólogas fueron contundentes en destacar que hubo abuso sexual y que ahora las mujeres intentaban favorecer al acusado, quien las había presionado en todo momento.