El hallazgo de su bicicleta el lunes a la tarde en ese campo de Angaco fue la antesala y el mal presagio de lo que se confirmó ayer en la mañana. A 4 kilómetros de donde apareció ese rodado, y en cercanías de los Baños de Guayaupa, encontraron el cuerpo sin vida de Juan Antonio Carrizo. Todo indica que el anciano de 78 años desaparecido el 22 de noviembre último en Albardón perdió el rumbo y deambuló por ese desolado paraje, distante a 40 kilómetros de su casa, hasta que no le respondieron las fuerzas. La autopsia reveló que murió producto de la deshidratación, posiblemente el mismo día que se extravió.

La búsqueda de Juan Antonio Carrizo, el abuelo que sufría Alzheimer, culminó ayer a las 7.30 cuando sus propios familiares en compañía de la Policía localizaron su cadáver en medio del campo, a 5 kilómetros al Noroeste de la huella que lleva a los Baños de Guayaupa y a 9 de la calle Pinchaual, en el distrito Las Tapias, Angaco. El rastrillaje se centró en esa zona después de que el lunes hallaran su bicicleta en las proximidades. Su familia estaba molesta. El yerno del anciano dijo: ‘lindo hubiese sido que lo encontráramos antes’.

Hasta allí llegaron decenas de policías de la Seccional 18va, del GERAS y la Brigada de Investigaciones. Querían saber si el cadáver presentaba algún indicio que hiciera sospechar un hecho doloso. Sin embargo, las pericias y la inspección ocular llevaron a la conclusión que el abuelo murió al perderse en el campo. Su cuerpo estaba boca abajo como si se hubiese desplomado y, pese a que mostraba heridas por el ataque de animales, no tenía lesiones de otro tipo que hicieran suponer un crimen. Además, aún llevaba su dinero en un bolsillo. La hipótesis policial es que Carrizo perdió la memoria a poco de salir de su casa en el B° Colombo, Albardón, y se fue alejando hasta que terminó en esa zona desolada de Angaco. Esto está respaldado con la versión de Susana Naveda, que tiene un puesto en la entrada a esa huella que conduce a Guayaupa, que dijo que vio a un hombre caminando junto a su bicicleta el mismo sábado. Ese era Carrizo, quien evidentemente estaba desorientado y se internó en el campo, según la Policía.

Todo indica que, cuando no pudo más, dejó su bicicleta y siguió caminando, pero murió buscando una salida. Una fuente judicial señaló que la autopsia, realizada por el forense Alejandro Yesurón, reveló que el anciano murió por falta de agua.