Volvió de Caballito con la alegría de otro récord para San Martín: un empate con Ferro que le dio 41 puntos, la mayor cifra alcanzada en una rueda por un equipo de la "B Nacional". Pero enseguida el espigado arquero Luciano Pocrnjic (28) puso su cabeza en otra cosa: el casamiento con su mujer Cecilia el próximo sábado. Después de un domingo relajado, cargó en su Peugeot 206 los regalos de sus compañeros y amigos, y el lunes partió hacia Mendoza a buscar el traje que iba a usar en la ceremonia a concretarse en su pueblo natal, Chovet, unos 30 km. al Sur de la capital santafesina. Sin embargo los mejores augurios, su exitoso presente y todos sus planes estuvieron a un paso de quedar en nada: el mismo lunes, luego de pasar el control de Jocolí, en Lavalle, Mendoza, un perro se le atravesó en una curva pronunciada en el kilómetro 3335 de la ruta 40, y lo puso al borde de una tragedia. Según fuentes policiales y allegados al jugador, por esquivar el animal, el arquero volanteó hacia su izquierda, se cruzó de carril, giró, cayó con la cola del auto en un terraplén y empezó a dar tumbos (estiman que al menos 6) hasta frenar su descontrolada carrera.

Parecía el fin, pero Luciano Pocrnjic salió por sus propios medios y llamó a las personas de su entorno inmediato, incluido Hermes Rodríguez (dirigente y dueño de la aseguradora del vehículo), quien se trasladó en el acto a Mendoza y se encargó personalmente de asistir al jugador. Pocrnjic alcanzó a visitar el hospital de Lavalle y luego viajó con Rodríguez y su auto (trasladado en una grúa) a San Juan, sano y salvo, con un profundo shock emocional y un importante golpe en el codo derecho como lesión más seria, aunque nada grave, dijeron fuentes ligadas al arquero, que ayer no pudo ser localizado por vía telefónica.

"Cuando empecé a dar vueltas pensé que me moría", o "he vuelto a nacer", fueron algunas de las frases que le escucharon decir sus allegados, luego del dramático accidente de tránsito.

Todo pasó cerca de las 11.30 del lunes y ayer todos estaban convencidos de que Pocrnjic la puede contar porque llevaba puesto su cinturón de seguridad. También especulaban que su suerte pudo estar ligada a que, por ejemplo, una caja con botellas de vino que le regalaron saliera despedida del baúl tras el primer impacto con la parte trasera del auto en el piso y no esparciera los dañinos vidrios en el habitáculo del rodado, modelo 2008 y con 23.000 kilómetros transitados que ayer era revisado en un taller mecánico de Concepción.

A pesar del drama con final afortunado -dijeron las fuentes- Pocrnjic viajó el mismo lunes a la noche a su pueblo dispuesto a concretar otro paso clave para su vida.