El bodeguero hizo del ataque su mejor defensa. Ayer en la tarde, ante el juez Guillermo Adárvez, no sólo negó haber abusado sexualmente de su hijo de 2 años, sino que fue con los tapones de punta contra la madre del niño, a quien calificó de ‘perversa’ al haber denunciado un hecho ‘inexistente’ por ‘venganza y odio’ hacia su persona, dijeron fuentes policiales.
A pesar de sus dichos, el empresario igual quedó sospechado de haber cometido el delito de abuso sexual gravemente ultrajante, agravado por el vínculo y por su condición de guardador, precisaron.
Sin embargo luego de declarar volvió a su casa. El juez decidió que siga en libertad hasta que resuelva el pedido de eximición de prisión que el imputado presentó a través de su defensor Miguel Dávila Safe, informaron los voceros del caso.
Ahora, será clave el resultado de la entrevista con Cámara Gesell al nene. Allí se determinará si presenta o no las dañinas huellas psíquicas que deja una situación de abuso sexual. Ese resultado será fundamental también para la suerte del imputado, pues si el abuso existió el empresario puede ir a prisión.
Había sido la madre del niño quien denunció el caso en la Central de Policía. En su relato, mencionó que en una situación en que su hijo debía entrar al baño, le preguntó si ella también le haría una práctica sexual que le hacía su padre.
Ante esa revelación, la mujer buscó mayores precisiones. También dijo que otros dos hijos mayores, adolescentes, también aludieron haber atravesado situaciones similares con el mismo sujeto, indicaron.
Sin embargo ayer, el empresario negó ser autor de ‘semejantes actos’. Y a renglón seguido atribuyó todo a una ‘venganza’ de su ex tras la ruptura de la relación que mantuvieron y a la que calificó como ‘de novios sin convivencia’.
Es más, hasta mencionó que tiempo atrás la mujer había tenido problemas psiquiátricos, señalaron las fuentes.
Las polémicas versiones sin embargo tendrán una definición a partir del 4 de febrero, ese día el niño será entrevistado por una psicóloga en la Cámara Gesell.
