La idea en Tribunales, era que el abogado y exitoso empresario bodeguero preso por el supuesto abuso sexual de su propio hijo y otros dos menores hijos de su expareja, diera su versión sobre la nueva acusación que le atribuye la fiscalía: la supuesta coacción contra una nena, a la que, para que comiera una ensalada, amenazó con ‘romperle la bandeja en la cabeza’ sino lo hacía. Eso había dicho el hermano de la nena cuando lo entrevistaron en Cámara Gesell.
Sin embargo ayer, en el Tercer Juzgado de Instrucción, el sospechoso volvió a atribuir todo a la pésima relación que tiene con su expareja. Y aprovechó la ocasión para poner sus quejas sobre dos asuntos: la ‘revictimización’ que sufren los niños con la divulgación mediática del caso. Y por otra parte el ‘daño irreparable’ que se le está causando a él, por tenerlo preso en el penal de Chimbas, dijeron fuentes judiciales.
Su defensa agregó también nueva prueba, para que el juez Guillermo Adárvez analice antes de resolver si cabe o no procesarlo. Esa evidencia fue, básicamente, una actuación policial de San Luis, donde dejó constancia de ‘agresiones’ de su ex en su contra, cuando volvían de vacaciones con los niños de Necochea (los chicos revelaron lo contrario). Las numerosas denuncias suyas contra su ex existentes en varios juzgados. Y las críticas de la psicóloga que actuó en su representación, sobre el informe que realizó la principal perito en la entrevista en Cámara Gesell, precisaron voceros del caso.

