Hacía tres años que se conocían y el trato paciente-médico que habían tenido no había terminado bien. El paciente en cuestión, el cantante aficionado a las motos Miguel Ángel Cabello (68) había publicado en Facebook numerosas críticas contra el jefe del Servicio de Traumatología del Hospital Rawson, Daniel Luque (58), acusándolo de haberlo sometido a cuatro operaciones, en algunas de las cuales "sin informarle" -según posteó- le sacó los meniscos de la rodilla izquierda, provocándole un desgaste que derivó en problemas de salud más graves, obligándolo a usar una silla de ruedas.

Hasta una demanda contra el médico y Salud Pública en busca de una indemnización por daños y perjuicios inició Cabello, proceso en el que el profesional negó de plano haber incurrido en la supuesta mala praxis, dijeron fuentes del caso. En medio de ese conflicto, ocurrió un hecho que ahora tiene al cantante a un paso de ir a juicio por tres delitos: haber provocado lesiones graves por arrojarle ácido al médico (salió lastimado en manos, rostro y cuero cabelludo) y haberlo amenazado de muerte con una pistola calibre 22. Además de esos ilícitos, el juez de Instrucción, Guillermo Adárvez, le imputó la tenencia ilegítima de dos armas: una pistola calibre 22 supuestamente usada para intimidar al profesional, una carabina de igual calibre y 98 balas.

Víctima. Daniel Luque es jefe de Traumatología del Hospital Rawson. Señaló a Cabello sin dudar.

> EL HECHO

Según denunció el médico, todo pasó a las 17,05 del 24 de junio de 2022, cuando salía del Instituto de Traumatología en Laprida al 239 Oeste, en Capital. Ese día, cruzaba la calle hacia al estacionamiento donde estaba su auto, cuando se topó con Cabello. Se sostuvieron las miradas, hasta que llegó a la puerta de la cochera y entonces, luego de un breve cruce de palabras, Cabello le arrojó un líquido que cargaba en un termo. Luque aseguró que corrió hacia el interior, donde estaba su auto, y que Cabello lo siguió arrojándole lo que le quedaba del líquido. Y fue ahí que resolvió huir, pero antes de salir a la calle, se defendió golpeando a su atacante con una bolsa con medicamentos que llevaba y observó que el otro sacó un arma, le apuntó y le dijo: "Te voy a matar, hijo de put...".

Corrió hacia la vereda para escapar rumbo a calle Catamarca, con la sensación de que en cualquier momento una bala se le colaría por la espalda. Pero eso no ocurrió y, al voltear, vio que Cabello caminaba en sentido contrario, precisó.

Tuvo la certeza de que le había arrojado ácido, cuando sintió que le ardían los ojos, cuando la piel le quemaba y su campera se desintegraba. También, porque el portón de color amarillo quedaba marrón donde cayó la sustancia que, además, burbujeaba, algo típico de los ácidos en contacto con el oxígeno, describió.

Aquella vez Cabello fue detenido y fue trasladado en silla de ruedas a Tribunales. Ante el juez no dio su versión, pero públicamente negó haber atacado a Luque: "Yo no tengo nada que ver, tiene tantos enemigos que lo podría haber hecho cualquiera", dijo.