Luego de que Gendarmería lograra desbloquear el teléfono de Fernando Pastorizzo, el joven asesinado por Nahir Galarza, tras un mes de intentos fallidos, la Justicia pudo tener nueva información sobre lo que sucedió durante la noche del crimen.

 

Fuentes de la investigación informaron a TN.com.ar que aquel viernes 29 de diciembre Pastorizzo estuvo en un lugar coincidente con un boliche; luego llamó a Nahir Galarza; pasó con ella por otra ubicación donde hay un hotel alojamiento; después, por una estación de servicio; y más tarde, por la calle General Paz al 300. Allí, recibió dos disparos. Fernando ya estaba muerto, pero su celular se movió durante 15 minutos y finalmente apareció en la escena del crimen.

 

No fue fácil para la Justicia acceder al Motorola G5 Plus XT1680. Este smartphone da 25 oportunidades para destrabarlo. Los peritos de la Procuración de Entre Ríos perdieron 20 chances. El fiscal Sergio Rondoni Caffa decidió que los últimos cinco intentos los hicieran en otro lugar.

 

Los especialistas del Gabinete Científico de Gendarmería consiguieron entrar a través de la notebook de Fernando a su cuenta de mail, a su nube y a su copia de seguridad de los datos del celular. En paralelo, hicieron una “copia en espejo” en un smartphone idéntico.

 

El joven, de 20 años, le había puesto a su teléfono un registro de huella digital, un patrón gráfico y un PIN luego de que la chica, de 19 años, le revisó el celular a escondidas, le borró chats y le eliminó contactos.

 

Fernando y Nahir viajaban por la calle General Paz al 300, pero en un instante ella se bajó de la moto, le apuntó con el arma reglamentaria del papá policía y le acertó dos balas 9 milímetros. Una en el pecho y otra en la espalda. Ella primero confesó todo, luego aseguró que las balas se dispararon de manera accidental y finalmente juró que ya no eran novios. Sin embargo, minutos antes del crimen, habrían pasado por un hotel alojamiento.

 

Los desplazamientos georreferenciados del celular de la víctima coincidirían con lo que declaró un remisero de la ciudad, Roberto, que dijo haber visto a una persona -no precisó si era mujer o varón- huyendo de la escena del crimen mientras Fernando, con mucha sangre en la cara, agonizaba.