Diego Alberto Romero (29 años) había salido de su casa en Pedernal, Sarmiento, con la idea de llevar a su pequeño hijo Santiago (7) para que lo atienda el médico en el microhospital de Los Berros. Viajaba en un Fiat 600 cerca de las 11 de ayer, cuando un motociclista ‘arremangó’ con un choque la parte delantera de su pequeño auto en plena curva, luego de pasar el Dique Las Crucecitas. La versión policial es que el joven quedó sockeado y algo golpeado, igual que su hijo. Y que cuando reaccionó se llevó una sorpresa mayúscula al descubrir que el conductor de la moto que lo había embestido mientras transitaba por su carril, era su propio hermano Sergio Oscar Romero (35). Aquel cruce violento en la ruta 153 a las 10.40 de ayer, fue el último para Sergio, que circulaba a bordo de una moto Motomel 250cc tipo enduro que había comprado en cuotas hace menos de un mes. Sergio sufrió un golpe que fracturó su cabeza y llegó al Hospital Guillermo Rawson en grave estado, hasta que el peor de los pronósticos se cumplió alrededor de las 14.30 de ayer. Al joven -dijeron- le diagnosticaron muerte cerebral y su suerte quedó sellada luego de sufrir cinco paros cardíacos.

Los investigadores policiales creían ayer que la víctima viajaba a elevada velocidad por los daños que mostraban ambos vehículos. Y que el choque se produjo en el carril por el que circulaba el auto. También suponían que Sergio Romero falleció porque no llevaba el casco puesto.

‘El automovilista tiene un golpe en el pecho pero está fuera de peligro, igual que su hijo. Fue un gran choque pero ellos están a salvo. Sobre las causas del accidente sólo se pueden hacer estimaciones, aún no se puede decir si hubo o no falla humana’, dijo ayer un jefe policial.

‘Trabajaba en una calera, tenía la moto hace menos de un mes y él mismo pensaba terminar de construir su casa en Pedernal porque decía que está muy cara la mano de obra. ¡Qué desgracia, Dios mío! Le encantaban las flores y decía que quería llevársela a mi mamá a vivir con él cuando terminara su casa’, aseguraba ayer entre lágrimas Erminia Romero, en la dolorosa espera de la entrega de cuerpo en la morgue judicial con sus hermanos Antonio y David.