Que él iba bien, que el otro conductor venía zigzagueando y que se le fue encima. Eso fue lo que declaró esta mañana Hugo Laureano Giménez ante la jueza de Garantías María Gema Guerrero en la primera audiencia por la tragedia del pasado lunes en 9 de Julio, en la que falleció Juan Pablo Montoya (54), el automovilista que presuntamente venía realizando esas maniobras peligrosas. 

Giménez había sido detenido tras el siniestro y hoy recuperó la libertad, pues la Fiscalía no pidió la preventiva mientras avanza la investigación. Solamente el imputado debe comprometerse a no entorpecer ni obstaculizar el proceso. 

Asistido por la abogada Flavia Funes, Giménez hizo una escueta declaración para defenderse, en la que responsabilizó al fallecido. Ahora sus dichos se podrán a prueba con una pericia accidentológica que confirmará o no si es cierto que el otro conductor invadió su carril. 

La jueza finalmente concedió un plazo de 6 meses para la investigación, que lleva adelante el fiscal Francisco Micheltorena (UFI Delitos Especiales) junto al ayudante fiscal Adrián Elizondo. 

Cabe recordar que, como reveló este diario, el fallecido Montoya conducía con 1,96 gramos de alcohol por litro de sangre, es decir, casi el cuádruple del límite permitido. Mientras que Giménez también había bebido, pero sin excederse. 

Los delitos que provisoriamente le imputaron al hombre, que es portero de una escuela, son homicidio culposo, lesiones graves y lesiones leves. 

EL HECHO
El siniestro se produjo a eso de las 18.45 del último lunes, cuando el fallecido Montoya conducía su Volkswagen Bora por la Ruta 155 en dirección al Oeste. Iba acompañado por su nieto Lucas Céspedes (17) y por su esposa, Rosana Chandía (49). 

Mientras que en sentido contrario circulaba el otro vehículo involucrado, el Volkswagen Polo guiado por Giménez. En ese auto también viajaban la esposa del conductor, dos hijas, dos yernos y dos nietos, provenientes de Ullum rumbo a su domicilio en 25 de Mayo. 

El resultado fue trágico tras el impacto de los autos. La hipótesis es que el fallecido, a alta velocidad y posiblemente zigzagueando, invadió el carril contrario, impactando con su costado izquierdo el costado izquierdo del Polo, que venía de frente, señalaron fuentes del caso. 

Producto de ese toque, el Polo se desvió hacia la banquina derecha, quedando allí parado. Su conductor fue atendido por un corte en el mentón, mientras que sus familiares salieron con raspones leves. 

Diferente fue la suerte de los ocupantes del Bora, que tras el choque siguió su marcha hacia la banquina (costado Norte) ingresando a un sector de matorrales y arbustos, donde tras varios metros de descontrolada carrera dio varios tumbos hasta quedar varado ruedas arriba, a unos 30 metros de la ruta. Montoya salió despedido y su cuerpo sin vida quedó a unos 23 metros del auto, dentro de un canal sin agua. Su esposa y nieto fueron enviados al Hospital Rawson, ella sin riesgo de vida pero el chico en grave estado.