
Ayelen Roldán tenía 19 años, estaba embarazada de 5 meses y los padrinos de su bebé iban a ser la mujer que la contrató como niñera y su esposo, con quienes solía tener sexo grupal y son además, los principales sospechosos del crimen.
El mismo lunes que el cuerpo de la niñera apareció estrangulado con un cable en la casa de la calle Fleming al 3500 en la localidad bonaerense de Glew, Natalia, su amiga y a quien le cuidaba sus cinco hijos, confesó que unas horas ella y su marido, Ariel Hernán Valett, habían tenido sexo con la víctima.
Pero después, la dejaron sola con los chicos para salir en busca de otro hombre y concretar así un encuentro swinger. Se fueron y le dejaron "una copia de la llave”. Cuando volvieron ya eran las 5 de la madrugada del martes. Encontraron la puerta de afuera sin llave y la de adentro entreabierta. Era el presagio del horror que vendría después.
"Estaba ella boca arriba, toda morada. Lo primero que hice yo fue ponerme a llorar y mi marido fijarse si estaban los chicos bien. Los chicos estaban bien y ahí fuimos a llamar a la policía”, contó la mujer, que conocía a Ayelén desde hacía 6 años. Adentro de su casa además, “faltaban bolsas de ropa” que ellos vendían.
Así, de la intimidad que sostenían dentro de esas cuatro paredes pasaron a estar en la mira de los investigadores. Son conscientes de las sospechas, pero las minimizaron ante los medios. "No me preocupa porque yo no tengo que ocultar nada, lo que hacemos con mi esposo ya lo dijimos”, afirmó la mujer.
Valett tiene 34 años y ya estuvo preso dos veces. En su prontuario tiene causas por robo, lesiones leves y resistencia a la autoridad.