San Juan.- Uma Carrizo, de sólo 3 meses, recibió un disparo en la cabeza que la llevó a la muerte el 4 de enero de 2014, pasadas las 21, en medio de una balacera.

En ese momento, ella estaba en los brazos de su madre, Antonella Carrizo, que se salvó por un ‘escapismo casi mágico’ de esa balacera con armas calibre 38, 32 y tumberas.

Después del terrible hecho sucedido en el barrio Huarpes, de Pocito, la criatura fue trasladada al Hospital Rawson en grave estado. Pero, a pesar de los intentos de los médicos, la beba no soportó la herida y falleció en los primeros minutos del día siguiente.

‘Fueron más de 15 tiros. Abracé a mi hija y corrí hacia adentro de mi casa. Mis otros hijos (de 3 y 5 años) estaban adentro y también los podrían haber matado. Después salí corriendo y uno me perseguía. Ahí vi que tenía sangre en mi brazo y que era de un balazo que le había dado a mi beba en la sien derecha. Llegué hasta la casa de un vecino que es enfermero y los tipos seguían en mi casa’, dijo la madre a DIARIO DE CUYO en aquel momento.