"El año pasado fui al Sudamericano de hockey en Chile. Me senté en la tribuna y adelante mío, vi a mi nieta correr entre los asientos y a mi señora sentada un poco más allá, cebando mate". Con la voz entrecortada y quebrada por la emoción, así relataba ayer Juan Eriberto Oviedo, más conocido como "Beto" lo que le sucedió durante octubre de 2010. "El Beto", conocido en el ambiente del hockey sanjuanino y padre del ex arquero de la Selección Argentina de esa disciplina, Juan Oviedo, fue uno de los que sobrevivió al terrible accidente ocurrido el 3 de febrero del año pasado en la ruta nacional 7, en Laboulaye, Córdoba. En ese terrible vuelco, falleció su esposa, Rosa Llorca (63), y su nieta, Sol Francesca Oviedo (4) y otros 5 sanjuaninos que viajaban en un contingente de 56 pasajeros a bordo de un micro de la empresa "Blanca Paloma" con destino a Necochea. Ayer, a 1 año de la peor tragedia vial con sanjuaninos fuera de la provincia, Diario de Cuyo reunió a algunos de los sobrevivientes que a pesar de haber sorteado a la muerte, el dolor por la pérdida de sus seres queridos opaca la felicidad de poder contarla.

En su peluquería de calle Tucumán, cerca de Mariano Moreno, "El Beto" se rodea de sus dos nietas y de su hija Andrea -quienes también viajaban aquella madrugada en el colectivo-, para juntar fuerzas y recordar la tragedia. Mostrando las cicatrices que le dejaron los vidrios en el antebrazo izquierdo, Oviedo se afirma en su asiento y cuenta: "recuerdo que el chofer venía rápido. Habíamos perdido mucho tiempo. Volcamos y caí a una zanja. El colectivo me cayó encima y estuve dos horas y media abajo. Nadie sabía que estaba vivo hasta que me puse a patear y a pedir ayuda", contó Oviedo, quien luego de varias horas se enteró que su mujer y su nieta habían fallecido.

"Éramos muy unidos, íbamos a todos lados juntos con mi señora. Campeonato de hockey que había, íbamos. Su ausencia y la de la nena se notan muchísimo. Pasar las fiestas, los cumpleaños sin ellas, ha sido terrible. Y lo peor, es que nada de lo que hagamos cambiará lo que pasó ese día", relata resignado "El Beto", quien además contó que en abril último volvió a subirse a un colectivo. Y es que muchos de los sobrevivientes afirmaron horas después del vuelco que nunca más se iban a subir de nuevo a un vehículo similar. Como el caso de Andrea Oviedo, quien contó ayer que "nunca más me subí a un micro. No puedo, no quise tener tratamiento psicológico, pero las nenas hasta el día de hoy están con psicólogos".

Otro de los que pudo contarla fue Diego Salina, quien esa noche viajaba con su esposa, Marianela Martín (28), su hija Agostina (2), su hermano Víctor Salina (32), la esposa de éste, Paola Ramos, su sobrina Guadalupe (9) y su sobrino Ramiro (6). Esa madrugada Marianela, Víctor y Ramiro murieron en el accidente. Esa misma noche también murió Pabla Mercedes Cuello (46) y una semana después del vuelco, Silvia Vadillo (54), quien había quedado internada en Santa Fe, haciendo un total de 7 los fallecidos en ese siniestro.

"Yo no quise tener tratamiento psicológico, pero mi hija sí lo cumple actualmente. Todo ha sido muy difícil. Difícil no tener a mi mujer, mi pilar. Y tampoco tener a mi hermano, que me ayudaba en todo. Es muy triste. Dejé de juntarme con las amigas de mi señora porque me hace muy mal recordar las cosas que hacía con ella. A mi sobrino no lo extraño tanto. Era un ser lleno de luz que siempre me dio paz y lo sigue haciendo", afirma con los ojos llenos de lágrimas Diego Salina, mientras sostiene la foto de los que ya no están a su lado.

Los sobrevivientes entrevistados ayer afirmaron que sus familiares y amistades fueron y serán claves para seguir adelante. Aunque por otro lado comentaron que el dolor y el horrible recuerdo de esa trágica noche serán imposibles de olvidar.