No hubo ninguna sutileza. Es más, la ejecución del plan incendiario pareció la contracara de cómo delinquir sin dejar rastros. ¿Por qué? porque el sospechoso empezó merodear en moto sin disimulo el blanco de su elección, una Chevrolet Grand Vitara. Y porque luego estacionó la moto en casa de un familiar, se quitó el casco, sacó de un bolsillo una tira de trapo y lo mojó en el tanque de combustible, caminó un poco más de una cuadra hasta la camioneta y le prendió fuego a la rueda de auxilio. Cuando las llamas hicieron un agujero en el neumático y la brusca salida del aire las apagó, intentó arremeter otra vez pero se arrepintió al ver los vecinos y se fue, como si nada.
Según fuentes del caso, toda esa secuencia la vio un testigo que llamó al 911, le avisó al dueño del vehículo y pasó las descripción del sujeto y las de su moto (una Yamaha 125cc), con pelos y señales, dijeron.
Con todos esos datos, policías del Comando Radioeléctrico, lo encontraron enseguida con toda la evidencia que lo complica, incluidas las tiras de tela y el encendedor usado para intentar quemar la camioneta a la familia Pérez en la calle Ridao al 224 Norte, en Santa Lucía, el último domingo cerca de las 4.
Según fuentes judiciales, la sorpresa llegó cuando se supo que Diego Fabián Olmos (21) es hijo de un bombero de la Policía.
A poco de indagar sobre su vida, se toparon con que el joven tiene problemas personales. Por ese dato y la torpe manera en que encaró su misión incendiaria sería sometido a pericias para saber si está o no en sus cabales, dijeron.
Igual, quedó bajo sospecha por los últimos ataques incendiarios perpetrados la semana pasada, como el de la Dodge Ram 2.500 en Rawson y otros dos vehículos quemados en el barrio FUVA, en Capital, indicaron fuentes policiales.
‘Lo conocemos de vista porque tiene los abuelos por acá cerca, con eso le digo todo. Jamás le dimos un motivo para hacer lo que hizo y la verdad que no le encontramos ninguna explicación. Agradecemos al vecino que avisó y a la Policía que pudo actuar rápido para que el daño no fuera mayor’, dijo un vocero de la familia atacada.
El caso será resuelto por el juez Guillermo Adárvez.