Ausencia de testigos que los vieran juntos. Falta de filmaciones en la zona de la terminal que acreditaran algún contacto entre ambos. Pericias negativas en dos de los autos del sospechoso sobre la presencia de algún rastro de la víctima. El hecho de que el chip del teléfono robado a la mujer el día del crimen no estuviera en su poder. Y, sobre todo, un ADN que resultó negativo al comparar el resto de semen en un pañuelo hallado entre las pertenencias de la fallecida con sangre del sospechoso. Según fuentes judiciales, toda esa evidencia fue clave para que el juez de Instrucción Maximiliano Blejman, decidiera liberar por falta de pruebas al fletero Juan Domingo Fernández (39), el último detenido por ese homicidio descubierto el 9 de marzo del año pasado en un baldío de la calle Güemes, frente al supermercado mayorista ‘Yaguar’, al sur de Ruta 20, en Santa Lucía.
Fernández había sido detenido porque una pericia estableció que fue el último que se contactó por teléfono con la víctima: a las 14,20 (el llamado duró 52 segundos) a las 14,40 y a las 15,14. Cayó porque la autopsia reveló que justo en ese lapso, la mujer murió estrangulada luego de tener sexo consentido. Fernández nunca explicó porqué llamó a esa mujer a la que conocía. Díaz vivía en Media Agua, Sarmiento, y allí Fernández tiene un hijo, dos primos que viven cerca de la casa de la fallecida y, además, hacía viajes hacia allí por razones laborales.
También se sospechaba de él porque regularmente llegaba a la zona de la terminal de ómnibus, a dejar o retirar una hija de la escuela. Y justamente a la terminal había llegado Díaz ese viernes 8 de marzo, a retirar unos estudios del hospital Rawson y, principalmente, a sacar unos pasajes para ir con su niña discapacitada a Chubut, a visitar a otra hija. Un día después, apareció muerta con la ropa baja de la cintura hacia abajo y sin su celular, cuyo chip fue activado una vez el día del hallazgo del cadáver y, luego, en abril.
Así, el caso volvió a quedar sin detenidos. Antes habían sido liberados, por la misma razón, dos vecinos, dos habitué de la terminal y una expareja de Díaz.

