Inédito: en la justicia provincial no se recuerdan casos de una persona detenida más allá de los plazos establecidos por ley (hasta 3 años) sin un fallo; y el ex comisario Alejandro Agustín Pereyra cumplió ayer 3 años y 16 días preso acusado de intentar matar a tiros y con fuego al empresario Hugo Naranjo el 27 de mayo de 2006. Sin precedentes: Pereyra cumplirá varios días más encerrado, porque desde el viernes los jueces que le dieron la libertad bajo fianza resolvieron _por mayoría- que debían suspender esa liberación por oposición de la víctima. Así pasaron el caso a la Corte de Justicia, que por primera -dicen en Tribunales- resolverá cómo interpretar la ley sobre los plazos de prisión preventiva en San Juan, y si está justificado o no que un imputado pase 3 años o más tiempo detenido sin sentencia, como Pereyra.

Hay dos posiciones definidas en puja. La del defensor de Pereyra, Diego García Carmona, quien entiende que su cliente debió tener fallo en el lapso de 3 años o ser liberado, porque partir del vencimiento de ese plazo, la prisión de su defendido es "arbitraria e ilegal", contraria al principio de inocencia, a la Constitución Nacional y a los tratados internacionales.

Del otro lado están la fiscal de Cámara Alicia Esquivel Puiggrós y el abogado de la supuesta víctima de Pereyra, Javier Cámpora. Ambos se oponen a la libertad de Pereyra, porque consideran que la misma ley que regula los plazos de prisión preventiva, establece que la fiscal podrá oponerse por la especial gravedad del hecho investigado, más aún porque Pereyra fue policía. O cuando existe la posibilidad de que el imputado se fugará o entorpecerá el proceso en su contra.

En el medio está la opinión pública, el reclamo por las demoras del expediente por parte de otros poderes, como el Ejecutivo y el Legislativo. Y los polémico cruce entre los máximos referentes de la justicia provincial, la fiscalía General de la Corte de Justicia y la Corte de Justicia.

Pereyra fue detenido el 28 de mayo de 2006 luego de que el mismo Naranjo saliera desde sus oficinas hasta la calle, empapado en sangre por la heridas de cuatro disparos en la cabeza y otro en el rostro. Esa noche no dudó en apuntar al ex comisario, que fue detenido a las horas y desde entonces está preso, esperando un juicio que podría hacerse el próximo mes.