Carlos Roberto Limolle (38 años) no tuvo éxito en su intención de instalar en el tribunal, su versión de que la mañana del 27 de octubre de 2010, en Rawson, mató con sus puños y a golpes con cascotes y una piedra laja a quien era su esposa y madre de sus 6 hijos, Alba Ruth Pizarro (33). Y todo por un supuesto descontrol originado en sus celos, en su consumo de drogas (habló de marihuana, cocaína y un psicofármaco) y la supuesta confesión de la víctima de que lo engañaba con otro hombre. Los jueces Silvia Peña Sansó de Ruiz, Raúl José Iglesias y el subrogante Juan Carlos Peluc Noguera (Sala I, Cámara Penal) se hicieron eco de la petición del fiscal Gustavo Enrique Manini, y le aplicaron ayer el máximo castigo previsto en el Código Penal: prisión perpetua por homicidio agravado por el vínculo.

Así, rechazaron el planteo del defensor oficial Mario Vega, de que su defendido mató en un estado de emoción violenta, es decir descontrolado por la supuesta revelación de infidelidad de la mujer, y los celos enfermizos y el consumo adictivo de psicofármacos de su defendido.

Por esos argumentos, el defensor pidió al tribunal aplicar una pena atenuada a Limolle, pero los magistrados adhirieron sin embargo al planteo del fiscal de que el sujeto comprendió lo que hizo. Que no hubo ninguna prueba de infidelidad de la víctima y que la confesión del acusado no estuvo influenciada por el consumo de drogas ni fármacos, tal como lo estableció un médico psiquiatra.

En el expediente, consta la proclividad a delinquir de este sujeto (acumula cinco condenas). Y un desfavorable informe psicológico que lo perfila como alguien ‘sobredeterminado por la agresión y sus derivados en las posiciones que asume, sometiendo y denigrando al otro, tomándolo como objeto de goce sádico para la satisfacción de sus deseos arbitrarios y destructivos’.

Justamente ese perfil de hombre violento fue el que remarcaron los familiares de la víctima en todo momento, incluso durante el juicio, cuando una hermana de Alba ratificó que siempre la golpeaba, incluso en la cárcel para el día de la madre previo a su muerte. Y que ella nunca lo denunció por el miedo que le tenía.

La última mañana de su vida, Alba y Limolle venían en moto de Rawson hacia Capital a pagar boletas y ver en Tribunales a uno de sus hijos preso, pero en el camino Limolle se desvió hacia América y calle 18, Rawson, y mató a esa mujer con la que se había casado en 2001 en la cárcel, porque creía que así conseguiría una rebaja de pena.