El juez de Instrucción Guillermo Adárvez indagó por el supuesto delito de abuso sexual al ingeniero Felipe Saavedra, ministro de Minería actualmente con licencia en su cargo. Fue después de considerar que tiene sustento la denuncia que realizó el pasado 13 de abril una contadora de la oficina de Fiscalización de esa cartera de Gobierno. La joven acusó al ahora imputado de haberla tomado de la cintura y haberle dado un beso en la boca sin su consentimiento, aunque en su indagatoria Saavedra negó tal acción, habló de ‘malentendido’ y precisó que solo la despidió ‘con un beso en la mejilla’, dijeron fuentes judiciales.
La imputación contra el funcionario se concretó el último viernes en la tarde (recién trascendió ayer). Ese día llegó al Tercer Juzgado de Instrucción con su abogado defensor, se le informó de la prueba en su contra y ejerció su derecho a ofrecer su descargo para luego seguir en libertad, ya que está excarcelado.
¿Qué dijo Saavedra? fuentes judiciales aseguran que reconoció haber llamado a la joven contadora de 26 años a su oficina para consultarle sobre un expediente, pues debía reunirse con el gobernador. Que al finalizar la consulta la despidió solamente con un beso en la mejilla. Y que si eso representó ‘un malentendido’ pedía disculpas. Voceros del caso aseguran que en su versión, el funcionario resaltó la ‘idoneidad’ de la profesional denunciante de quien, dijo, merece ‘el mayor de los respetos’.
El juez resolvió avanzar con la investigación contra el ministro luego de recolectar una serie de pruebas que consideró claves para dar por acreditada la sospecha. Así, precisaron, evaluó la pericia psicológica practicada a la contadora: ese estudio, dijeron, revela que ‘no fabula’ y muestra los signos de haber sufrido una situación ‘angustiante’ en su ámbito laboral.
En la decisión del magistrado también pesaron tres testigos citados por la contadora: el de una secretaria que la vio salir llorando de la oficina del ministro, y confirmó que la joven le contó el traumático episodio que vivió. Y el de otros dos empleados (el jefe de la denunciante y un compañero suyo) que la observaron llorar, angustiada.
Ahora, la investigación seguirá su curso hasta que el magistrado evalúe con la fiscalía toda la prueba reunida y al final resuelva si Saavedra debe o no ser procesado por un delito que se castiga con penas de entre 6 meses y 4 años de cárcel.

