"No quiero morir en la cárcel", dijo en medio de las lágrimas el motochorro Alejandro Miguel Ochoa (55), quien se negó a declarar este martes ante el fiscal de Homicidios de La Matanza Federico Medone, por el crimen de la psicóloga María Rosa Daglio (56), cometido el viernes en  Ramos Mejía.

Ochoa había sido beneficiado con prisión domiciliaria en medio de la pandemia del coronavirus. La defensora pública había señalado que el hombre presentaba una afección pulmonar y que la domiciliaria era "la única herramienta adecuada para garantizar fehacientemente el derecho a la salud".

El delincuente, tiene un extenso prontuario que incluye delitos de robo, hurto, desobediencia, violación de domicilio hasta atentado a la autoridad cometidos entre 1990 y 2016. Pero la condena más larga la recibió en 2017 cuando llegó a juicio por asaltar a dos chicas en Mar del Plata, y dejar a una en estado de gravedad. Por ese delito fue condenado a 8 años y seis meses, es decir, que debía salir de prisión el 16 de agosto de 2024. Sin embargo, fue excarcelado en abril del año pasado, beneficiado por una resolución de la Sala 1 de la Cámara de Apelación y Garantías de Mar del Plata, integrada por los jueces Esteban Viñas y Marcelo Riquert.

Al salir de la cárcel de Batán, donde Ochoa cumplía condena, volvió a delinquir. Desde octubre del año pasado, que estaba prófugo cuando fue aprehendido por un robo, pero presentó una identidad falsa, se hizo pasar por su hermano, y logró seguir en libertad. 

Cinco meses después, en las calles de Ramos Mejía a plena luz del día, el motochorro atacó a la psicóloga social María Rosa Daglio en un intento de robo que teminó con su vida. El martes a la noche la policía bonaerense lo detuvo en su domicilio de la localidad de Castelar, tras una investigación llevada a cabo por el fiscal Medone.

No obstante, la autopsia realizada al cuerpo de la víctima lo incrimina severamente ya que perdió la vida a causa de los golpes. María Rosa golpeó duramente su cabeza contra la vereda al ser arrastrada cuando intentó retener sus pertenencias en el marco del robo. Aunque fue trasladada de urgencia al Hospital Haedo, horas más tarde se confirmó su muerte. Su familia reclama justicia.