Cuando Roberto "El Manteca" Agüero (35) prometió revelar cómo era el entramado y quiénes estaban implicados en la carga récord de droga que encontraron en su poder el último sábado (29,695 kg. de marihuana y 2,937 de cocaína), en la justicia federal hubo mucha expectativa, porque en teoría todo parecía indicar que por primera vez asistirían a la confesión de un arrepentido. Pero luego de un día y medio de declaración, el polémico relato del narco dejó desconcierto y muchas dudas. ¿Qué dijo? Que la droga la había recibido de un sujeto que le dio un celular para que se la entregara a otros que lo llamarían. Y que no cobró nada por hacer ese "traspaso" porque el beneficio que sacaba era que la policía no lo molestara, ya que el sujeto de quien recibió la mercancía tenía arreglos con policías de Drogas Ilegales (los que lo apresaron), de la Federal y de la comisaría 2da, informaron ayer fuentes judiciales.

Hasta ahí, una bomba. Tanto, que sus defensores oficiales Adrián Kurbán y Diego Giócoli pidieron al juez Leopoldo Rago Gallo que le pusiera custodia especial. Y así se hizo primero con su traslado, con chaleco antibalas, desde la policía local a la federal, primero, y ayer de la federal (por la mención de esa fuerza) a la cárcel, según las fuentes.

Sin embargo, quienes accedieron al relato del sospechoso (con antecedentes penales, múltiples causas abiertas por robo) empezaron a mirarlo de reojo cuando entró en imprecisiones. La principal fue que no diera nombres a pesar de prometer revelarlos el lunes, con la excusa de que a los policías los conocía pero de vista.

También resultó llamativo que prometiera revelar el polémico entramado y no dijera que tenía miedo por su vida o la de su familia, precisaron voceros del caso.

De todos modos en la justicia no le quitan aún importancia del todo a sus dichos porque aún no termina de declarar.

Lo que sí quedó claro en la versión de Agüero es que pretende despegarse de figuras delictivas más pesadas y en todo caso aparecer cómo un simple vehículo entre un narco mayor y sus clientes. También fue muy preciso -dijeron las fuentes- en aclarar que su amante, Vanesa Bueno (31) no sabía nada de la droga y esa noche tuvo la mala fortuna de acompañarlo al lugar en que encontraban, el barrio Santa Teresita, Capital, cuando les cayeron encima policías de Drogas Ilegales.

¿Qué dijeron en la policía de la versión de Agüero?. Algunos sonrieron por la "picardía típica del delincuente mentiroso"; otros se mostraron molestos. "Es un delincuente, no está obligado a decir la verdad y si fuera cierto lo que dice debería dar nombres", retrucó por lo bajo un alto jefe policial ligado al caso.

El lunes próximo se sabrá si lo de Agüero es más que un amague.