Nervioso, dolido y en medio de sollozos, José Luis Alé, padre de José Luis Alé Maldonado (33) quien fue encontrado muerto ayer en el Penal de Chimbas, aseguró que su hijo no se suicidó. Y, tras señalar a los culpables los amenazó: “Ustedes ya me conocen, no tengo nada que perder”.

“Acá no hay ningún suicidio –dijo en respuesta a la versión que trascendió sobre la causa de muerte del joven-. Estaba apretado ahí adentro por distintas bandas, quiero que los investiguen a todos”, pidió en comunicación con radio Sarmiento.

Y agregó que “si están escuchando los del pabellón 5, han ganado el primer tiempo 1 a 0 ustedes, pero ya me conocen, no tengo nada que perder en la vida. Mi única ilusión era rescatar ese hijo”. 

Por otra parte, criticó duramente a la Justicia: “A vos te digo Adolfo Caballero –en referencia al cortista-, maldita corporación de Justicia que hay en este San Juan. No pueden hacer el daño que le hacen a la juventud en ese Penal”.

Más tarde lamentó: “Me mataron a mi hijo. No han matado a un perro. Era un buen muchacho, ha ido por una desgracia de la vida ahí. Somos gente trabajadora nosotros. Es lo más duro enterrar un hijo. Él nunca ha tenido indicio de quitarse la vida. Esta familia está destruida”.

Por su parte, la madre del joven, afirmó que “yo lo vi el sábado, me dijo que estaba muy enfermo. No lo llevaron a un médico. Le pedí al guardia y me dijeron que sí. Se hizo la noche y nunca fue un médico. Le dijeron que se deje de joder. No podía más, tenía broncoespasmo, le dolía la espalda, le dolía un pulmón y nadie lo ayudó”.

A la vez sostuvo llorando: “Esto se lo han hecho a mi hijo, bien preparado. Mi hijo no se ha quitado la vida si ya faltaban días para que saliera. Tenía los permisos listos, estábamos contentos por eso”.

EL CASO

Alé Maldonado cumplía condena por matar a su cuñado Julio Iturrieta (28), la noche del 24 de diciembre de 2011. Había sido sentenciado por un tribunal de la Sala II a 7 años y 10 meses de cárcel, porque los jueces entendieron que se excedió en su legítima defensa. Sin embargo, la Corte de Justicia revisó y modificó ese fallo, por considerar que había cometido un homicidio simple y le dio 13 años de cárcel.

El caso no pasó desapercibido porque el preso era sobrino de Rubén “la Chancha” Alé, quien estuvo involucrado en la desaparición de Marita Verón.