Destrozado. Por cómo quedó el vehículo, resultaba increíble que tanto el cura como los jóvenes salieran casi ilesos del tremendo accidente.

A poco más de 3 semanas del accidente automovilístico que sufrió el Arzobispo de San Juan monseñor Jorge Lozano en la ruta 150, en Jáchal, otro religioso protagonizó un nuevo siniestro vial en ese departamento. Ahora fue el cura párroco del Santuario Arquidiocesano de San José de Jáchal, quien el martes a la noche volvía de una reunión con cuatro catequistas y se llevó por delante a un caballo en la ruta 40. El auto quedó destrozado y de milagro todos ellos apenas sufrieron golpes leves.

El siniestro sucedió el martes alrededor de las 23 y más tarde el sacerdote Orlando Sánchez y sus jóvenes acompañantes ingresaron en ambulancia al hospital de la ciudad norteña. Los llevaron más que nada por un chequeo para saber si estaban bien y al rato fueron dados de alta, explicaron fuentes policiales.

El cura párroco junto a esos cuatro miembros de la Acción Católica habían ido al poblado de Niquivil a participar de una reunión de jóvenes de esa zona de Jáchal. Al término del encuentro, el sacerdote y sus acompañantes partieron de regreso a Jáchal a bordo del auto Fiat Palio del mismo padre. Sin embargo, recorrieron no más de 3 kilómetros al Norte por la ruta 40 y se toparon con algo inesperado.

En medio de la oscuridad se les apareció un caballo. El sacerdote contó no lo vio porque era negro y no tuvo tiempo de frenar para evitar el choque. El animal impactó contra el frente del vehículo, después su cuerpo pegó en el capot y hasta destrozó el parabrisas y hundió el techo. Increíblemente, no hubo heridos graves ni muertos. El animal, que estaba ‘maneado’ (atado) en sus patadas delanteras, murió producto del impacto. Según allegados a la parroquia, el cura estaba furioso por ese animal suelto que casi provoca una tragedia.