Tras las imágenes viralizadas en las redes sociales, en la cual se ve a un "liberado" con el beneficio de la prisión domiciliaria ser atacado por un grupo de vecinos en la localidad chubutense de Esquel, el propio Pablo Sommaruga dio su parecer sobre lo ocurrido.

Junto a su esposa Yasmín, el detenido por ser uno de los secuestradores de la “Banda de los patovicas” que en 2002 le amputó un dedo a su víctima Ariel Strajman, sostuvo al medio Red 43 que "sé que la gente me acusó de otras cosas, como que era violador o que violé el arresto domiciliario y no es así, es más ya venía saliendo de forma transitoria de la Unidad 14 (de Esquel) y no sé qué se filtró que hizo enojar a la gente, pero no cometí ningún delito en este pueblo, vivo acá y estamos radicados hace tiempo y no entiendo esto. Nunca me evadí, tenía salidas transitorias y por el COVID-19 me pasaron a un arresto domiciliario, porque estaba detenido en el penal esperando que esto se resuelva".

Sommaruga agregó que "mi mujer tiene un embarazo de riesgo y estábamos esperando a esta resolución. Entiendo a la gente que está con una psicosis en la cabeza pero tampoco se puede hacer justicia por mano propia y lo que quieren, porque no es así. No sé qué se les pasó por la cabeza a estos muchachos, ellos sabrán lo que hicieron y se manejarán después. Esperemos que esto llegue a buen puerto y haya una solución, porque a la sociedad le pagué y estuve detenido por secuestro, lo reconozco, tuve todo el tratamiento que tenía que tener. Son 18 años detenido, no son dos días, los pagué cumpliendo todas las medidas que tenía que cumplir, y llegué a un régimen abierto como corresponde porque cumplí con la sociedad".

Cabe destacar, que Sommaruga está hace dos años en la Unidad 14 de Esquel, y hace seis meses le dieron salidas transitorias y ahora el Juzgado Nacional de Ejecución Penal 1 de la Capital Federal, a cargo de José Pérez Arias, le otorgó la prisión domiciliaria en esa ciudad.

Además, el magistrado lo autorizó a salir cuando deba acompañar a su mujer al obstetra, ya que en unos días dará a luz a su primer hijo.

"Sé que la gente no ve a querer porque no está para eso, tampoco me interesa, simplemente a mí se me diñó una condena, le pagué a la justicia como corresponde y gané el beneficio por hacer bien las cosas. Llevaba un año de transitoria sin inconvenientes, no es que salí a robar, acá tengo un control exhaustivo porque yo salgo de la Unidad 14, hago cinco cuadras, me meto en mi domicilio y no convivo con nadie", relató el sujeto.

En tanto, su esposa comentó que "quiero aclarar esa Fake news que es mala, que dicen que por su arresto domicliario salió a robar y no es así, teníamos el permiso del juez para poder asistir al obstetra porque mi bebé tendría que haber nacido ayer, y lo programaron para el miércoles que viene. Fuimos hasta la salita de la calle Sargento Cabral, y estábamos volviendo a casa y nos encontramos con esta situación, pero más que nada para aclarar que está mal que la gente juzgue a las personas por cosas del pasado, cuando hoy en día se está viviendo otras cosas. Entiendo que la paranoia con todo lo que está sucediendo más todas las redes sociales y noticieron que hacen hincapié y llenan la cabeza".

El caso

Sommaruga, como conocido como “El Perro”, fue condenado en 2004 a 16 años de prisión por el secuestro extorsivo de Strajman, pero la pena se le unificó en 18 años por otras causas por robo previas.

Strajman, hijo de un joyero, fue capturado la noche del 16 de octubre 2002 por la denominada “Banda de los Patovicas”, que integraban tanto Pablo como su hermano Adrián Sommaruga –jefe de la organización-, y que llevaba ese nombre porque aparte de cometer delitos trabajaban como personal de seguridad en boliches.

La víctima fue capturada en el garaje de su casa de Villa Urquiza y en pocas horas la familia pagó un rescate de 1.000 dólares, 400 pesos y joyas.

Como la banda consideró que el botín era escaso, lo torturaron quemándolo con un encendedor y cigarrillos, le martillaron una mano y le amputaron el dedo meñique de su mano derecha, que enviaron a su familia para presionarla y obtener un segundo rescate.

Ese pago se frustró por la intervención de la Policía Federal que rescató a Strajman en un barrio privado de la localidad bonaerense de Pilar, tras 32 horas de cautiverio.

Fuente: Crónica