
Un hecho sucedido en Mendoza el pasado 3 de abril tuvo eco nacional: un hombre que estaba preso fue torturado durante 7 horas tras ser confundido con un hombre vinculado a la líder narco Sandra “Yaqui” Vargas. A más de un mes, su abogado asegura que el hombre sigue “en shock” y ni siquiera logra reponerse de las heridas que sufrió. Su rostro fue cubierto con tatuajes “tumberos”, quemado y cortado.
Gustavo Ariel Marín permanece alojado en el sector de Sanidad del penal Almafuerte. Mientras tanto, recibe asistencia psicológica, según contó su abogado defensor, Ignacio Segura. “Tiene la asistencia médica adecuada, recibe los medicamentos que necesitaba y cremas para la piel, que sufrió las quemaduras que le realizaron”, indicó Segura. Además, la semana pasada el letrado recibió el informe de los análisis de sangre que le practicaron a Marín. “Había una grave preocupación por el estado de su sangre por la poca higiene con la que le habían hecho los tatuajes y por la tinta utilizada. El informe indicó que estaba bien el flujo sanguíneo”, detalló Segura al diario Los Andes.
Marín estaba alojado en el penal San Felipe pero había pedido el traslado a la cárcel Almafuerte donde dijo tener conocidos que podrían hacer más llevadera su estadía. Pero esa noche, cuando los penitenciarios realizaban el recuento, hallaron al joven ensangrentado y con el rostro deformado a golpes.
Segura señaló que, tras sufrir el despiadado ataque, su defendido todavía “está shockeado”. “De las secuelas físicas va a sanar, pero psicológicamente aún está mal. Primero se puso el foco en estabilizarlo físicamente porque estaba muy grave”, confió el abogado.
Luego se pondrán en marcha una serie de análisis para constatar si Marín puede ser sometido a una cirugía para borrar los tatuajes, cuál sería el costo de la intervención y si el Estado deberá hacerse cargo de los gastos. Mientras tanto, Segura ya elevó el pedido de prisión domiciliaria para su defendido “en base la violencia extrema que sufrió”.
*Con información de Los Andes