Desde el momento que el tren pasó por encima de sus piernas hasta que llegó la ambulancia, los amigos de Alan Valentín Tejada (12) y los vecinos que se acercaron, lo único que intentaron fue mantenerlo despierto, contenerlo. Fueron momentos de desesperación, de no saber qué hacer ante tamaño suceso.
Vecinos contaron que trataron de que el nene no se dé cuenta de la gravedad del hecho, de que no se mirara sus extremidades. “Uno lo miraba y trataba de estar tranquilo, pero él decía que no sentía nada, que sólo le dolía la espalda”, dijo un vecino.
Mientras la ambulancia llegaba, lo sentaron en una vieja silla de madera, le daban agua. Mientras la policía realizaba los peritajes de rigor, todavía se veía una zapatilla ensangrentada.
El accidente fue minutos antes de las 11 y al Servicio de Urgencias del Hospital Rawson ingresó a las 11:45, en ese tiempo buscaron contener al menor.

