Que quería $5.000 a cambio de no matar a sus dos hijos, no sin antes violar a la nena. Que sabía a qué escuela iban y que la pequeña asistía a clases de baile árabe. Que pagara porque estaba al tanto de que guardaba dólares y que, en la casa, su esposa quedaba sola. Tanta información en poder de un desconocido, asustó entonces a la familia del abogado Javier Alfredo Quiroga Alsina, que denunció su drama a la Policía y enseguida supo que el misterioso extorsionador no era ni más ni menos que su empleada.
Ayer, esa mujer, Laura Antonia Gómez (38) fue condenada por el juez Ricardo Alfredo Conte Grand (Sala III, Cámara Penal) a 5 años de cárcel por extorsión y también por el hurto de un teléfono celular de la hija del letrado, que las víctimas creían extraviado, dijeron fuentes judiciales.
Gómez había sido detenida a las 12.10 del 13 de marzo del año pasado, cuando salía con una bolsa con $1.200 del baño de la vieja estación de servicio de calle 13 y ruta 40, Pocito, donde los policías de Seguridad Personal la esperaron casi cinco horas. Ese mismo día, los pesquisas secuestraron en casa de Gómez el chip usado para enviar los mensajes extorsivos y el celular de la hija del profesional. La caída de Gómez fue un duro golpe para la familia Quiroga Tomsing, por la confianza que le tenían, precisaron.
Al llegar al juicio, tanta fue la evidencia en su contra que optó por confesar. Y a través del defensor oficial Mario Vega, acordó un juicio abreviado con la fiscal Leticia Ferrón de Rago, en el que admitió su responsabilidad a cambio de una rebaja de pena, la misma que le dieron ayer.