El 3 de setiembre pasado, el informe de una entrevista con cámara Gesell a una menor fue clave para condenar a 10 años a su tío jachallero, por violarla cuando tenía 11 años, pues reveló que la chica no mentía y presentaba los típicos daños de una víctima. Fue uno de los casos que sirvió para engrosar las estadísticas, siempre en aumento, sobre niños ultrajados. Esas cifras son contundentes: en los últimos cuatro años, los casos de menores vejados crecieron un 62 por ciento: de 61 en 2011 se pasó a 98 en 2014. Y si se toma como referencia este último año, se puede decir que hubo un chico abusado casi cada cuatro días (3,7).
Así se desprende de un muestreo estadístico de la Asesoría de Menores e Incapaces Nº2, dirigida por Patricia Sirera, realizado exclusivamente con datos del sistema de cámara Gesell . El muestreo es parcial porque no incluye cifras de la Asesoría Nº1 ni los de la Segunda Circunscripción Judicial (Jáchal e Iglesia), pero es representativo porque Sirera trabaja con 3 de los 5 juzgados penales que actúan en todas las denuncias de la provincia.
En números, las entrevistas en cámara Gesell (único medio permitido por ley para obtener el testimonio de un menor) reveló que el aumento fue sostenido: de los 61 abordajes realizados en 2011 se pasó a 67 en 2012 (un 9,1% más). Mientras que el crecimiento entre 2012 y 2013 fue del 7,6% (67 casos contra 88). Y del 8,9% entre 2013 y 2014 (88 contra 98). Y en este año la tendencia en suba se mantiene, pues hasta el primer semestre ya se registraron 52 interrogatorios a chicos vejados.
De esas entrevistas se desprendió, además, que la mayoría de las víctimas son niñas. Que la franja más afectada es la de chicos entre 10 y 15 años. Que pertenecen a distintas clases sociales. Que entre las causas predominan los problemas familiares. O que los abusadores son principalmente del propio entorno íntimo (familiares, conocidos) aunque también hay casos de ultrajes en otros ámbitos de socialización de los chicos, como el escolar, el deportivo, el barrial y hasta el religioso.
¿Por qué se produjo el aumento? Sirera lo atribuye a múltiples factores: "la primera y principal es que se ha difundido el tema y se ha tomado conciencia de que es importante que terminemos con el infierno que está pasando una criatura. La difusión ayuda a que los chicos hablen’, dijo la funcionaria judicial.
Y agregó: "por otro hubo un crecimiento poblacional que influye. También el seguimiento de políticas públicas, está en la agenda oficial luchar contra el abuso sexual infantil, en el marco de la ley provincial 7.943 y la 26.061 a nivel nacional, que han reforzado los derechos del niño’.
La funcionaria destacó también la importancia de la "colaboración articulada’ de todos los organismos que entienden en el tema, como psicólogos de hospitales, docentes, Policía, ministerio público y justicia en general’, destacó. "Se ha roto con la indiferencia y eso del no te metás, hay quien se compromete y denuncia, aunque sea en forma anónima y eso es muy valioso’, precisó.
¿Se llega a superar una situación de abuso?
Inés Rodríguez, psicóloga del Poder Judicial y, además, directora de la Carrera de posgrado de Capacitación en cámara Gesell dictada en la Universidad Católica de Cuyo, fue contundente:

