Desde agosto del año pasado, el edificio 9 de Julio se convirtió en una mole fantasma de concreto y hierro tras el traslado del Ministerio de Hacienda al flamante Centro Cívico. Desde que esa última repartición se mudó, la inmensa estructura quedó desocupada (como las estructuras de Desarrollo Humano y Salud Pública) a la espera de que se transforme en la tan proyectada Ciudad Judicial. Supuestamente, desde la mudanza de las reparticiones que allí funcionaban no quedaba nada de valor dentro de ese edificio y un policía se encargaba de controlar sólo a las personas que entraban y salían de allí. Pero esa seguridad, no fue obstáculo para que ladrones ingresaran al tercer y cuarto piso de ese gigante que abarca una manzana en el corazón capitalino (Ver Infografía). En el tercer piso, donde funcionaba la Subsecretaría de Producción, Industria, Comercio y Minería, robaron muebles y desparramaron expedientes, según las versiones, aunque no había denuncia policial. Pero en el cuarto piso, donde funcionaba la Secretaría de Medio Ambiente, sustrajeron 8 puertas, 10 sillas, 14 cerraduras, luminarias y otros objetos. Pero lo más sospechoso y enigmático para los pesquisas, es que también se llevaron varias cajas con unos 26 cuerpos con expedientes de los diques Caracoles, Punta Negra y de otras empresas, según precisó Daniel Cano, jefe de Patrimonio de la Subsecretaría de Medio Ambiente.
Según Cano, el robo que trascendió ayer, lo descubrieron el miércoles, cuando fueron a buscar a las oficinas donde funcionaba el Ente Autárquico de Ichigualasto, unos tomos de los expedientes de los diques que todavía estaban allí porque no había un lugar acondicionado en el Centro Cívico. Esos archivos, con fotos, planos y declaraciones de impacto ambiental, fueron pedidos por Energía Provincial Sociedad del Estado (EPSE), porque a fin de mes llega una comitiva de la Comisión Mundial de Represas (CMR) a la provincia, dijo José Luis Espinoza, al frente de la Dirección de Gestión Ambiental y quien denunció el robo.
A pesar de que el inmueble cuenta con custodia policial permanente, no se sabe con certeza cuándo ingresaron, porque la única función que cumple ese uniformado es la de controlar el ingreso de gente por Ignacio de la Roza y no recorrer el edificio ni controlar la salida hacia calle Mitre, dijeron en la Policía.
Lo otro que resultaba sospechoso para los pesquisas es que además de las puertas y cerraduras, los ladrones se llevaron expedientes de las dos grandes obras hídricas de la provincia. "Un Ladrón común se lleva las cosas de valor, no este tipo de papeles", comentó un investigador.
Pero para Espinoza "no son más que papeles sin valor. Eso no le sirve a nadie, todo está vencido. Lo único que nos causa esto es un daño administrativo".
El juez del caso, José Atenágoras Vega, ya pidió información a los responsables para tratar de determinar si los archivos tienen algún tipo de valor jurídico o no, y para establecer si existió o no responsabilidad de uniformados o empleados en el robo, explicaron las fuentes.

