Pedro De Los Ríos se levantó temprano ayer para llevar a su actual pareja al Hospital Rawson. Es que a la mujer le habían sacado una muela el día anterior y no aguantaba más el dolor. Antes de irse, uno de sus perros empezó a ladrar sin parar y cuando Pedro salió, se topó con su joven vecino y con una amenaza: ‘hacé callar ese perro porque si no lo mato’, habría dicho ese sujeto. Entonces hubo una discusión entre ambos y todo terminó de la peor manera para Pedro: su vecino sacó un arma y le disparó a quemarropa al menos cuatro veces. Uno de esos plomos lo hirió y se desplomó para siempre frente a su casa del Bº La Capilla, en Capital, informaron fuentes policiales.

Anoche, efectivos de la Seccional 2da y de Homicidios buscaban al presunto homicida, un joven acusado de balear a un agente en junio pasado en Capital, según la Policía.

Pedro Humberto De Los Ríos (61), era viudo, trabajaba como sereno de 19 a 7 en una bloquera de Chimbas y en el poco tiempo que le quedaba, salía en carretela a hacer changas de limpieza, contó Pedro Germán De Los Ríos, uno de sus 8 hijos.

Todo ocurrió a las 6.30 en la casa 17 de la manzana ‘C’ de ese conflictivo barrio capitalino. Según Pedro Germán De Los Ríos, ‘este pendejo (por el presunto homicida) había estado desde temprano largando tiros para todos lados y tomando con unos tipos en la calle. Un vecino y su mujer vinieron a pedirle que se calmara y los amenazó con el arma. Uno de los perros de mi papá estaba ladrando como loco y por eso mi viejo salió a ver. Ahí le dijo a mi papá que hiciera callar al perro sino lo mataba. Lo único que queremos es justicia’.

La versión policial es que el sereno salió a la calle y se cruzó con Eloy Alexander Castro Aguirre, un joven de 24 años quien es buscado desde el pasado 4 de junio porque lo acusan de darle un tiro en la ingle al agente Roberto Marchicio (35 años, Seccional 2da) tras un peligroso enfrentamiento armado en el local ‘Morales Todo Motos’, en Mendoza 1.578 Norte, Capital.

Un policía contó que Castro Aguirre había estado unas horas antes en un cumpleaños y, al parecer, estaba bajo los efectos de alguna sustancia. ‘Iba de vez en cuando a visitar a su familia porque en el barrio no lo querían y su mamá lo había echado de la casa porque le pegó a una hermana’, agregó la fuente.

Lo cierto es que el ahora fallecido al ver que el joven estaba armado (sería un revólver de grueso calibre), lo desafió a pelear a puño limpio. Pero como el muchacho no soltó el arma, De Los Ríos se agachó a agarrar unos ladrillos para defenderse. Ahí es donde Castro le disparó al menos cuatro veces al hombre, pero sólo uno le puso fin a su vida, según la Policía.

Fuentes policiales informaron que la autopsia realizada por el forense Alejandro Yesurón estableció que el sereno murió casi en el acto: el plomo ingresó por el borde posterior de su axila izquierda, le atravesó el pulmón izquierdo y el corazón.

Tras el crimen, familiares del fallecido apedrearon la casa de los padres de Castro y por la tarde, dos sujetos incendiaron unos objetos en el fondo de esa vivienda.