La secretaria de una financiera capitalina vivió ayer al mediodía una pesadilla a manos de dos “motochorros”. La mujer fue sorprendida con su bebé en brazos a la salida del trabajo y fue encañonada para que abriera las oficinas de la firma. Allí, los malvivientes encerraron a la víctima junto a la criatura en un baño y revisaron el lugar. Finalmente, los ladrones escaparon con unos 12.300 pesos, dos celulares y las llaves de la empresa, informaron en la policía. Cuatro horas después, la mujer y su bebé fueron rescatados por otros empleados. Sospechan que hubo un entregador.
Según la policía, el asalto ocurrió ayer al mediodía en la financiera “Confiar”, situada en calle Jujuy 686 Sur, antes de 9 de Julio, en Capital. A esa hora, Ana Riveros (29), la secretaria, se retiraba de las oficinas con su bebé de 11 meses en brazos cuando fue atacada por los asaltantes, explicó un jefe policial.
Cuando la joven abrió la puerta, se topó con dos sujetos a cara descubierta que la empujaron y la encañonaron con una pistola.
Esos sospechosos vestían traje y habían dejado una moto estacionada en la calle, explicaron las fuentes. Con la víctima reducida, los malvivientes tomaron 300 pesos que había en un escritorio y luego, le exigieron a Riveros que entregara los dos celulares que tenía (uno suyo y otro de la firma). Y además, el dinero que guardaban en una caja de seguridad, explicó un encargado de la financiera, quien prefirió no ser identificado.
Supuestamente, allí los ladrones encañonaron al bebé de Riveros para que la joven les dijera donde ocultaban ese dinero, comentó el encargado. Lo cierto es que los malvivientes encerraron a Riveros y a la criatura en el baño de una de las oficinas. Sin más obstáculos, los ladrones revisaron por completo cada rincón del inmueble y encontraron la caja de seguridad, que contenía unos 12.000 pesos, informaron fuentes policiales. Antes de escapar, cerraron con llave la puerta de la oficina.
Alrededor de las 16, otros empleados que llegaron a trabajar a la financiera, rescataron a la secretaria, a esa hora aún afectada por una gran crisis de nervios, explicaron las fuentes.
“Esto ha sido una entregada, no me cabe dudas, porque venían directamente a buscar los celulares y la plata. Además vinieron en un horario en el que sabían que ninguno de nosotros (8 hombres) estábamos. Hace un mes que estamos acá y tenemos una cámara de seguridad en la calle, pero el sistema está roto”, explicó resignado el encargado de la financiera. En la policía tienen la misma sospecha.

