El misterio se trasladó a Zonda a partir del hallazgo de restos de tres esqueletos humanos, al lado de un barranco y en cercanías de la obra abandonada de un hotel de ese departamento. En la policía revelaron que serían de vieja data, pero faltan los exámenes forenses. No descartan que esos huesos pertenezcan a indígenas, o bien, personas de este último siglo enterradas en una fosa común.
Aunque volvió a sonar el nombre de Raúl Tellechea y otros desaparecidos, los policías no quisieron hacer hipótesis ni conjeturas hasta no establecer la antigüedad de esos huesos. Lo cierto es que eran restos humanos y sorprendía en el sitio donde estaban.
Un médico sanjuanino, que reside en Santa Fe y vino de vacaciones, fue quien encontró los huesos el lunes a la tarde cuando caminaba por los alrededores del Camping Dique Lateral y Villa Tacú, en Zonda.
Estaban en la base de un barranco de 3 metros de altura, en la falda del cerro, a 500 metros de la vieja obra abandonada del hotel levantado frente al dique de Ullum, indicaron en la policía.
Los efectivos de la Brigada de Investigaciones hicieron una primera inspección esa misma tarde y confirmaron que había un cráneo. Eso movilizó a los policías de Homicidios, Criminalística y Bomberos hasta el lugar para cercar la zona e iniciar las primeras pericias llegada la noche.
Una primera conclusión fue que esos restos estaban enterrados en la falda del cerro y que la bajada del agua había abierto una zanja hasta formar ese barranco. De ahí que, posiblemente, quedaron al descubierto los huesos. El lunes a la noche levantaron dos cráneos y el hueso occipital de otro (eso confirmó que eran tres), también máxilares con piezas dentarias, alrededor de una veintena de costillas y vértebras, y partes de algunas extremidades, explicó un jefe policial. La médica legista que acompañó a los investigadores estimó que podrían ser restos de vieja data, según los pesquisas. Algunos huesos se veían deteriorados, sostuvo un jefe policial.
Como era de noche, suspendieron el operativo a las 22.30. Ayer por la mañana continuaron con la remoción de tierra, así hallaron más huesos pequeños, explicaron. El hecho de que las partes de esos tres esqueletos estaban juntos, evidenciaba que fueron sepultados en una fosa común, comentó un investigador.
Las bolsas conteniendo los restos óseos fueron trasladadas a la Morgue Judicial para que sean analizados por el médico forense de turno. Será él quien establezca si son huesos de vieja data o personas fallecidas en las últimas décadas. De ahí se verá qué ordena la juez María Inés Rosselot. Una fuente judicial explicó que es una norma que los restos pasen a depósito, y a no ser que surja el indicio que puedan pertenecer a alguna persona buscada o desaparecida, recién ahí se pide una prueba de ADN para compararla con el patrón genético de la víctima.