Una mujer de 72 años cayó en la siempre efectiva trampa del cuento del pariente enfermo y perdió $30.000. La víctima vive en Concepción, Capital, no dudó en tomar todos sus ahorros y partir en remís a Rawson para entregarlos, con la convicción de que era para la cirugía de su hijo. Cuando se dio cuenta, ya era tarde.