El primer paso para el engaño era obtener datos de aquellas personas que publicaban cosas para la venta en avisos clasificados. El segundo paso consistía en que cuando el sospechoso suponía que la venta se había realizado porque el aviso dejaba de salir, atacaba: ‘Tengo a tu hijo secuestrado y si lo querés ver vivo tenés que juntar $10.000 y sino, lo que tengas a mano. Lo que consigas me lo llevás en remís hasta calle San José, cerca del Shopping de Desamparados, y lo dejás en una cuneta’, amenazaba el supuesto secuestrador. Según la Policía, esa maniobra realizó un exconvicto que fue detenido el lunes en Vª San Roque, Rivadavia, por efectivos de Defraudaciones y Estafas luego de recibir la denuncia 4 personas, a 2 de las cuales le sacó $13.000. En la Fuerza dijeron que hay otras 6 personas que no cayeron en la trampa y que el sospechoso ya había cumplido 2 condenas por estafa: 2 años en 2005 y otros 3 en 2008.
La investigación de los pesquisas al mando del subcomisario Marcelo Rojas comenzó el 5 de mayo pasado con la denuncia de un hombre de apellido Toro. El hombre recibió un llamado de un celular terminado en 885 y un sujeto del otro lado aseguraba que había secuestrado a su hijo de 13 años y que si quería verlo de nuevo debía juntar $10.000. Toro trató de comunicarse con su hijo y como no lo logró, creyó en el llamado y juntó $3.000. Por orden del ‘secuestrador’, dejó esa plata en una acequia de calle San José y se fue. Después, el hombre descubrió que fue engañado, informó la Policía. Seis días después, le pasó lo mismo a un hombre de apellido Plana y el 17 de mayo, el mismo sujeto, desde el mismo celular, trató de engañar a un hombre de Santa Lucía, pero no tuvo éxito en ninguno de los dos casos. El 21 de mayo logró su cometido: un anciano de apellido De Cara juntó $10.000, tomó un remís y dejó la plata en un contenedor (no recordaba en qué lugar).
Tras las denuncias, los pesquisas fueron a las compañías de celular y en Movistar tuvieron suerte en parte con el número terminado en 885: era un chip prepago a nombre de un hombre de Buenos Aires y el 31 de mayo dejó de funcionar. Lejos de darse por vencidos, los efectivos revisaron la lista de mensajes y llamados y así descubrieron un número con el que había mantenido ‘mucho’ contacto. Era de una menor que se había ‘mensajeado’ con un amigo. Luego entrevistaron a ese chico y les dijo que el número era de su tío. Así dieron con el sospechoso identificado como Hugo Ramos (39), quien fue detenido en su casa. Allí secuestraron el celular y el chip (estaba roto) que usó y una PC que habría comprado con los $30.000 que logró con sus engaños, informó la Policía.