Que lo peor pasara, la muerte, era la resolución más lamentable del caso que los médicos le habían pronosticado a la familia de Facundo Pastén (24) desde el mismo sábado en la tarde, cuando ingresó al hospital Marcial Quiroga con graves quemaduras en casi todo el cuerpo por una fuerte descarga eléctrica de los cables de alta tensión. Y ese pronóstico se cumplió ayer a las 12,20, dijeron fuentes de ese centro de salud.

Pastén había quedado gravemente herido por intentar ayudar a un nene de 10 años a destrabar un barrilete de los cables de alta tensión contiguos al asentamiento La Paz, en La Bebida, Rivadavia. Ese día, el niño también sufrió lesiones en un 22% de su cuerpo, pero pudo salvarse.

Ahora, un juez deberá resolver si el caso debe o no ser archivado.